Hace un año, Igor Postolache, de origen moldavo, acosó a unas chicas menores de edad en un céntrico parque de Oviedo. La tarde del pasado 6 de abril asesinó –presuntamente– a la niña de 14 años Érika Yunga Alvarado cuando ésta regresaba del instituto. El Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA) desveló entonces el historial delictivo de este hombre de 31 que acumulaba tres sentencias en relación a los dos procedimientos en los que se ha visto implicado en el pasado.

Un suceso que el criminólogo Nacho Abad ha analizado con Cristina López Schlihcting en ‘Fin de Semana’ de COPE. “Erika sale del instituto a las 14:15, va con unas amigas, toca el telefonillo para que sus padres y su hermano le abran. Pero la niña no llega, los padres se mosquean, bajan las escaleras...”.

El relato de Abad ha continuado con crudeza al apuntalar el escenario del brutal asesinato. “Imagínate la escena: la cazadora de la niña tirada en el suelo, en un charco de sangre, cuyo rastro se dirigía a una puerta, como las migas de pan. Aporrean, llaman a la policía que se presenta corriendo, no les abren la puerta, entran por un pato interior, a través de la ventana, y se encuentran a un ciudadano moldavo, atrincherado en el baño, tras apuñalar salvajemente a la niña, tras lo que se le ha cortado a él mismo”, ha narrado el periodista.

“La condición de reincidente y extranjero del presunto asesino”

El análisis ha ido más allá cuando el psiquiatra forense, José Miguel Gaona, ha subrayado que el caso de este último crimen “no necesariamente es propio de un enfermo mental”. El colaborador de COPE ha destacado que “eso se llama hipoxifilia”, una fantasía de dominación. “Te puede gustar más o menos, desde el punto de vista personal, moral, o como sea, pero no tiene que estar asociado a un trastorno mental como tal. Hay mucha gente hablando de esto, porque parece mentira que dejemos de asociar actitudes violentas con el consumo de alcohol o de droga, que todos sabemos que es un disparador”, se ha arrogado.

La denuncia más contundente del psiquiatra forense ha llegado cuando ha señalado directamente a la condición de reincidente y extranjero del presunto asesino, de origen moldavo. “Hay una cosa que me gustaría subrayar y a algunos le sonará extremo: cuando haya condenas de personas que, aunque tengan la residencia en nuestro país, no pertenezcan a nuestro país, se les expulsa”.

José Miguel Gaona ha afirmado sin tapujos que Érika Yunga “estaría viva si no hubiéramos dejado que este individuo, condenado por tráfico de drogas en Italia, estuviera en nuestro país. No sólo para proteger a los españoles, también para proteger al 99% de los inmigrantes que vienen en son de paz a nuestro país”. “La sharia tendría que caerle”, concluía Gaona.