Se estrecha el círculo sobre el principal sospechoso de atropellar a Esther López, Óscar, que también fue la última persona en verla con vida antes de su desaparición. A las 11 de la mañana de este sábado ha llegado Óscar al chalet de Traspinedo de sus padres, acompañado de la policía científica y la Guardia Civil para el registro del edificio.

Un suceso que, a pesar del paso de las semanas, sigue copando la atención de los medios y de los investigadores, como explica el criminólogo Nacho Abad en Fin de Semana de COPE: “A comienzos de este año López desapareció, nadie sabía nada de ella, Óscar era la última persona que había estado con ella y aseguraba que a las 3:30 ella quería seguir de fiesta, discutieron, y él la dejó en mitad de la nada, en un cruce de carreteras. Apareció 25 días después muerta en una cuneta de una carretera, justo en una curva a la entrada del pueblo”.

Uno de los primeros sospechosos del caso fue Ramón, otro amigo, lo niega todo y comienza una huelga de hambre. “El motivo por el que le habían detenido era porque tenía un billete para Cuba, pero resulta que sólo tenía una novia cubana”. La autopsia determina que la causa de la muerte era una hemorragia interna por un traumatismo abdominal, también se le salió el fémur de la cadera.

El hallazgo sobre Óscar, amigo de Esther López

Tal y como explica Abad en COPE, “las últimas novedades son: el indicio contra Óscar es que al día siguiente la Guardia Civil ha podido confirmar que lavó su vehículo al día siguiente con profusión; hay contradicciones en su declaración, tiene tres versiones diferentes; el móvil de Esther indica que a las 6 de la mañana el móvil de él y el de ella estarían muy cercanos; el móvil de Esther pudo haber sido limpiado, no hay ninguna huella en el móvil”, comenta.

Además, y esta es una de las últimas piezas clave, los agentes están examinando el vehículo, desmontando la parte frontal buscando posibles pelos... “También están analizando la centralita del coche por si ha habido frenazos o ha saltado el airbag”. Pero lo más importante, “hay ADN de Esther en el maletero, pero no en el interior, si no en el borde. No se sabe si es sudor, sangre o saliva”.

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Crimen de Erika en Oviedo

El otro suceso que ha analizado este sábado el criminólogo y colaborador de COPE es el de la niña de 14 años asesinada en Oviedo. “Erika sale del instituto a las 14:15, va con unas amigas, toca el telefonillo para que sus padres y su hermano le abran. Pero la niña no llega, los padres se mosquean, bajan las escaleras... Imagínate la escena: la cazadora de la niña tirada en el suelo, en un charco de sangre, cuyo rastro se dirigía a una puerta, como las migas de pan. Aporrean, llaman a la policía que se presenta corriendo, no les abren la puerta, entran por un pato interior, a través de la ventana, y se encuentran a un ciudadano moldavo, atrincherado en el baño, tras apuñalar salvajemente a la niña, tras lo que se le ha cortado a él mismo”, narra el periodista. “Las jóvenes empiezan a hablar en redes sociales y este joven era un acosador”

Por su parte, la presentadora de Fin de Semana, Cristina López Schlihcting, lamentaba que “hay montones de casos con perfiles psiquiátricos que no reciben la atención de la Administración y, policialmente, hay una laxitud que los propios agentes lamentan”.

Por su parte, el psiquiatra forense, José Miguel Gaona, subrayaba que el caso de este último crimen “no necesariamente es propio de un enfermo mental”. “Eso se llama hipoxifilia, es una fantasía de dominación, te puede gustar más o menos, desde el punto de vista personal, moral, o como sea, pero no tiene que estar asociado a un trastorno mental como tal. Hay mucha gente hablando de esto, porque parece mentira que dejemos de asociar actitudes violentas con el consumo de alcohol o de droga, que todos sabemos que es un disparador”, comenta.

Pero el experto iba más allá, y apuntaba a la condición de reincidente y extranjero del presunto asesino, de origen moldavo. “Hay una cosa que me gustaría subrayar y a algunos le sonará extremo: cuando haya condenas de personas que, aunque tengan la residencia en nuestro país, no pertenezcan a nuestro país, se les expulsa. Marta Calvo estaría viva si no hubiésemos dejado que este individuo, condenado por tráfico de drogas en Italia, esté en nuestro país. No sólo para proteger a los españoles, también para proteger al 99% de los inmigrantes que vienen en son de paz a nuestro país”.

“La sharia tendría que caerle”, concluía Gaona.