En medio de la pre campaña electoral, VOX ha vuelto a ser noticia. Esta vez por las palabras de su líder, Santiago Abascal, sobre la utilización de armas en legítima defensa en nuestro país y que han alimentado un debate sobre la seguridad en España. Tras ser preguntado en el portal web armas.es cómo ve VOX que los españoles puedan tener armas en casa para defenderse en caso de peligro, Abascal incidió en la necesidad de ampliar el concepto de legítima defensa. Para ello recurría a dos ejemplos: “la situación que vivió ese anciano de Tenerife que fue condenado por disparar a un asaltante que entró en su casa y agredió y torturó a su esposa. O el policía local de Sevilla que se enfrenta a 20 años de prisión por disparar a sus asaltantes”.

En su opinión, “hace falta un cambio radical urgente en la ley, no solo para que los españoles sin antecedentes y en pleno uso de sus facultades mentales puedan disponer de un arma en su casa, sino para que puedan usarla en situaciones de amenaza real para su vida sin tener que enfrentarse a un infierno judicial”. Lanzada la propuesta, los partidos políticos salieron en tromba a criticarla. Sin embargo, no es la primera vez que un político reivindica el derecho, en términos teóricos, a que los ciudadanos lleven armas, ya lo hizo Pablo iglesias en 2012 en el programa La Tuerka.

A principios del mes de marzo el gobierno de Matteo Salvini, en Italia, aprobaba reformar la ley italiana de defensa propia. A partir de ahora, será suficiente con que un ladrón amenace con utilizar un arma, aunque no la muestre, para que un ciudadano pueda justificar la legítima defensa.

Por su parte, EE.UU. es el país del mundo en el que más armas hay por ciudadano:120 por cada 100 ciudadanos. En Europa tampoco no nos quedamos cortos: en Serbia y Montenegro abundan las armas de fuego. Se calcula que en ambos países el ratio de armas es de 39 por cada 100 habitantes. En España, la proporción es de 7 armas por cada 100. Otro país europeo en el que son habituales las armas entre los ciudadanos es la República Checa. Allí para conseguir una licencia se necesita aprobar un examen teórico, otro práctico, gozar de buena salud mental y carecer de antecedente penales para que se conceda permiso de portar un arma.

También en Finlandia, Islandia, Suiza y Austria se emiten muchas licencias de armas. En los dos últimos se observa un pico destacable en el año 2016, coincidiendo con la llegada de los refugiados. En Alemania, en cambio, se ha incrementado la compra de armas no letales, como los aerosoles defensivos de pimienta.

En España el artículo 149.26 de la Constitución declara que el Estado español “tiene competencia exclusiva sobre la producción, venta, posesión y uso de armas y explosivos”. Se calcula que en España hay al menos 3.7 millones de licencias en total. Para que un ciudadano pueda adquirir una de estas licencias tiene que superar unas pruebas de aptitud, un test psicofísico y cumplir estrictos requisitos.

Las diferentes licencias están estipuladas por la Guardia Civil. Las hay de tipo D, E y F, licencias para la caza menor y mayor y la práctica deportiva. La licencia tipo C, reservada a vigilantes de seguridad y escoltas privadas. Y la tipo B, armas cortas exclusivamente para la autodefensa bajo estrictas medidas de seguridad y reservadas a personas que puedan justificar su necesidad, es decir, joyeros, armeros o personas amenazada. Existe también, por último, la licencia tipo A, unicamente reservada para el Ejército y Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.

En cuanto a las armas blancas, están prohibidos los puñales de cualquier clase, las armas de doble filo, las ocultas, como los bastones estoque o las tarjetas navaja, y las armas blancas automáticas. También las navajas no automáticas cuya hoja exceda los 11 centímetros. El uso de aerosoles, o gas pimienta están también prohibidos, excepto los homologados por la Guardia Civil.