Hace ya dos años desde que la COVID 19 llegó a nuestras vidas. Era a finales de 2019 cuando en un remoto lugar, en Wuhan, aparecía este coronavirus que veíamos muy lejano. Poco tiempo después llegó al resto de rincones del mundo. Hemos aprendido muchas cosas de esta pandemia aunque también puede que hayamos desaprendido cosas. Porque a la información, inevitablemente ahora mismo, también va unida la desinformación.

Fue en marzo de 2020 cuando llegó a la mayoría de países este nuevo virus. Los líderes políticos, en su mayoría con la prudencia que tenían que tener, temían al virus. Pero siempre hay algunos que se desmarcaban. Uno de los ejemplos es el de Donald Trump, ya ex presidente de Estados Unidos. El país más importante del mundo. A Trump se le ocurrió decir que habían observado que los desinfectantes eliminaban el coronavirus en un instante y preguntaba que si no sería conveniente inyectarlos dentro del cuerpo. También sugirió eliminar el coronavirus con rayos ultravioleta. Por culpa de estas declaraciones, muchas personas en Estados Unidos ingirieron lejía y tuvieron que ser hospitalizadas.

Trump no ha sido el único líder político que ha patinado con esto del coronavirus. Ni el único que ha pensado que había remedios instantáneos. El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro hablaba de goticas milagrosas que curaban el coronavirus. Un Maduro que, cabe recordar, se sumó al circo mediático cuando se vacunó. Cuando recibió su dosis de la vacuna rusa Sputnik V, simuló hablar ruso de repente.

Entorno a las vacunas también han surgido muchos bulos, noticias falsas y polémicas. La primera y más extendida fue que nos estaban inyectando un chip y que nos iba a dominar el 5G con Bill Gates detrás de todo. La última en redes sociales ha sido la de echar zumo de naranja o coca cola en los test de antígenos y que de positivo. Una incluso lo hacía con agua. Hay que recordar que un test de antígenos se hace con el líquido reactivo para que sea válido. Cualquier otro tipo de líquido puede hacer que pase esto. Hay que ser coherentes y no hacer estas cosas. La técnica que se utiliza en los test de antígenos es la cromatografía. Aquí juega un papel fundamental la cultura científica del individuo que, según los expertos, es limitada en la sociedad.