Ana Rivero, la taquígrafa más rápida del Congreso, testigo de grandes momentos de nuestra historia: "Cuando venga la autoridad competente, ¿quién va a coger lo que diga?"
Es lo que dijo el 23-F, uno de los momentos que refleja en ‘Luz y Taquígrafos’, memoria de 50 años que ha presentado a Cristina López Schlichting en 'Fin de Semana'

Ana Rivero, taquígrafa del Congreso de los Diputados durante 50 años, en Fin de Semana
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Ana Rivero, la taquígrafa más veterana del Congreso de los Diputados, lleva un año jubilada después de una larga carrera profesional que ha recogido en 'Luz y Taquígrafos', un libro que ha presentado a los oyentes de COPE junto a Cristina López Schlichting en 'Fin de Semana'.
A lo largo de 50 años, Ana ha sido testigo de excepción de grandes acontecimientos de la historia de España ocurridos en la Cámara Baja como las proclamaciones como reyes de Juan Carlos I y de Felipe VI, el intento de golpe de Estado de Tejero o la dimisión de Adolfo Suárez entre otros.
Los inicios de una 'superrápida'

La que fuera la taquígrafa más rápida del Congreso junto a Cristina López Schlichting
Una larga historia profesonal que comenzaba cuando Ana Rivero tenía tan solo 21 años. Pronto se convirtió en la taquígrafa más rápida del país. Sin embargo, sintió que le faltaba preparación para comprender la complejidad de los discursos. "Cuando me pongo a corregir lo que decían los entonces procuradores, decía, madre mía, no entiendo nada". Esta necesidad la impulsó a estudiar la carrera de Derecho para poder realizar su trabajo con rigor.
Testigo de la historia
Uno de los momentos más impactantes de su carrera fue el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981. Ana se encontraba en la puerta del hemiciclo esperando para hacer el relevo a una compañera justo cuando Tejero irrumpió en el Congreso. A pesar del caos y de los guardias civiles armados, su sentido del deber la llevó a insistir para entrar. "Tenía que relevar a mi compañera", ha explicado sobre su empeño, llegando a decirle a su jefe que no se marcharía del Congreso porque "¿quién va a coger lo que diga?".
Cuando venga la autoridad competente, ¿quién va a coger lo que diga?"
Ana Rivero ha defendido que la labor de los taquígrafos jamás podrá ser sustituida por grabaciones, ya que su trabajo va más allá de la transcripción literal. "El lenguaje oral no es el lenguaje escrito, y en el Congreso hay y suceden muchísimas cosas". Su función es describir el contexto, los gestos y las interrupciones, como el incidente de Femen, que quedó recogido en el Diario de Sesiones así: "Varias mujeres desnudas, de cintura para arriba, gritan desde la tribuna de invitados".
Su audacia y naturalidad la llevaron incluso a protagonizar una divertida anécdota con el rey Felipe VI. En una recepción, se atrevió a decirle: "Majestad, perdone que, pero le iba a decir que usted cuando era pequeño era un cotilla". Ante la sorpresa del monarca, le explicó que se refería a la curiosidad que mostraba el entonces príncipe, con solo siete años, durante la jura de su padre, asomándose para ver el trabajo de las taquígrafas.
Majestad, perdone que, pero le iba a decir que usted cuando era pequeño era un cotilla"
La mujer y el acoso en el Congreso
Rivero también ha sido testigo de la evolución de la mujer en la sociedad y en la política. Ha recordado cómo, a su llegada, apenas había presencia femenina en la Cámara, una situación que ha cambiado radicalmente. En sus inicios, incluso fue reprendida por una procuradora por llevar "falda corta y un pequeñín escote", un reflejo de una época en la que las condiciones laborales y la actitud hacia las mujeres eran muy distintas.
En su libro, ha decidido contar también dos episodios de acoso que sufrió por parte de dos diputados de partidos diferentes. "He decidido contar en el libro, porque son historia, y en todas las instituciones ha ocurrido lo que yo cuento", ha justificado. Uno de los casos fue un "acoso terrible" por teléfono, mientras que el segundo implicó a una "persona muy, muy importante" que intentó sobrepasarse con ella en el Museo del Prado.
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