“Con la Reina Roja se enterraron un niño al que se decapitó y una joven a la que sacó el corazón... eso era también el indigenismo “

La directora de Fin de Semana repasa la actualidad en esta festividad de Todos los Santos

- 4 min lectura | 10:37 min escucha

¡¡¡Muy buenos días España!!! Bienvenido a Fin de Semana de la Cadena Cope. Así nos llamamos, Fin de Semana, y somos el equipo que te acompaña sábados y domingos de diez a dos. Te saluda en nombre de todos, Cristina López Schlichting. 

Hoy predominarán las lluvias en la península y Balares, sobre todo en Galicia, León y el Sistema Central occidental. También precipitaciones en las Islas Canarias, en particular en las orientales. Cielos nubosos en el resto de España.

Hoy es 1 de noviembre, fiesta de Todos los Santos, cuando recordamos a los difuntos y el deseo profundo y hermoso que tenemos de que su vida sea para siempre.

Recuerdo de pequeña este día como un poco triste porque mi abuela Pilar compraba flores e iba al cementerio. Ahora es una fiesta divertida, con niños vestidos de esqueleto y calabazas por todas partes. Siempre se desata por estas fechas la batalla entre santistas y hallowinistas y es una polémica un poco artificial, porque Halloween no es más que la fiesta europea de todos los santos recubierta de dulces norteamericanos.

 En España, mucho ante de que los Estados Unidos descubriesen la rentabilidad del 1 de noviembre, la gente vaciaba calabazas, les ponía una vela y las colocaba en el alféizar, al paso de las procesiones de las ánimas.  Los irlandeses llevaron esta tradición a América del Norte y ahora nos la devuelven como si la hubiesen inventado.

No nos gustan demasiado las tumbas, de hecho es noticia este año que ya hay más gente que se incinera que gente que se entierra y a menudo las personas piden que sus cenizas se dispersen en el mar o en sus entornos preferidos. Pero Halloween o Todos los Santos tienen la potencia de recordarnos lo que no se puede olvidar: que el hombre muere y que la pregunta sobre el sentido de la vida constituye el eje de la existencia. Ni la calabaza más preciosa puede ocultar el sol. Los dos son redondos y naranjas, pero una se acaba y el otro no.

Ayer, el ministro de exteriores José Manuel Albares concedió al Gobierno de México y a su primera ministra, Claudia Sheinbaum, la exigencia de condenar los aspectos trágicos de la conquista españolas de América.

La intervención parece inocente, porque ninguno de nosotros desconoce ni niega que el descubrimiento conllevó batallas, injusticias y sufrimientos, lo mismo que trajo intercambio cultural, mestizaje precioso y traspaso de la tradición cristiana europea a América. Ya el Papa Francisco habló de esto recientemente.

Lo que pasa es que esto del ministro es otra cosa, es una finta política que se pliega a las constantes invectivas del gobierno mexicano a favor de un indigenismo adanista y un proyecto cultural que no se sostiene.

Estos días precisamente hay importantes exposiciones sobre el legado mexicano indígena en nuestro país. Y el que vaya al Museo Thyssen puede visitar por ejemplo, la llamada Reina Roja, una dama indígena principal cuyo cuerpo apareció en su enterramiento teñido rojo con cinabrio. Se da la circunstancia de que en la tumba de esta señora había dos cuerpos más. El de un niño de nueve años al que se había decapitado y el de una joven a la que se había sacado el corazón. Esto es lo que pasaba en la América idealizada de Sheinbaum.

Cuando los misioneros explicaron a los indígenas que todos los hombres son iguales e hijos de Dios y que su vida era sagrada, les faltó tiempo para convertirse. No conviene simplificar estas cosas. Claudia Sheinbaum es judía, hija de emigrantes asquenazis y sefardíes. Quizá debiera atender más al presente de Oriente Medio y la crueldad de la guerra de Gaza que a lo que los españoles hicieran en el siglo XV.

Y mientras celebramos con buñuelos y huesos de santos la festividad de Hoy, el run run está en la intervención de Pedro Sánchez en el Senado español para responder a preguntas sobre la presunta corrupción en el partido. El presidente se había asesorado jurídicamente y una y otra vez evitó pisar líneas rojas que puedan perjudicarlo en el futuro

A pesar de ello, no pudo dejar de reconocer que había cobrado facturas en dinero en sobres con dinero en efectivo.

El Supremo cree que el descontrol en el PSOE pudo permitir la financiación irregular y el blanqueo de fondos y ayer el juez Leopoldo Puente remitió al juzgado central de instrucción número 2 de la Audiencia Nacional el informe de la UCO sobre los pagos en efectivo en el partido y pidió a la Audiencia Nacional que los investigue.

Visto en ABC

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