Integración, no solo acogida: un reto para todos
El sinsentido de la burocracia que deja a inmigrantes sin trabajar: “Ilegales no, inmigración organizada sí”
España enfrenta un reto urgente: cómo gestionar la inmigración de manera organizada y humana. Entre menores en centros saturados, pateras que llegan a Canarias y mafias que dispersan a los recién llegados por pueblos de Castilla-La Mancha, expertos como Pedro Martínez y Carmen Candela alertan sobre la necesidad de integrar, educar y legalizar a quienes vienen a trabajar.

La inmigración necesaria
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El tema de la inmigración sigue siendo una “franja caliente” en la sociedad española. Cristina ha recordado que partidos como Vox y Alianza Canaria han centrado su campaña en esta cuestión, generando debates políticos intensos y tensando incluso a gobiernos europeos. “Hay un problema migratorio tremendo en Canarias, y la ayuda recibida es mínima”, señala, refiriéndose a los menores que llegan a las islas y cuya repatriación avanza muy lentamente.
El expresidente José María Aznar, en recientes declaraciones, insistió en la importancia de la inmigración: “Hoy es necesaria por nuestra catástrofe demográfica y por necesidades de trabajo. Expulsar a todos los inmigrantes no resuelve nada, ¿quién haría luego esos trabajos esenciales en casas, fábricas o tiendas?”.
Pedro Martínez, psicólogo, añade la perspectiva humana: el miedo a la inmigración suele nacer de lo desconocido. “Cuando asociamos la llegada de personas con algo fuera de nuestro control, aparecen la ansiedad y las conductas de autoprotección. Pero demonizar estas situaciones solo potencia la xenofobia y los problemas sociales”.
Carmen Candela, médica endocrina, subraya que acoger no es lo mismo que dejar entrar: “Acoger significa organizar oportunidades de trabajo digno y un modo de vida acorde con nuestra sociedad. Dejar entrar sin orden genera caos y precariedad, lo que puede llevar a la delincuencia”.
Schlichting pone ejemplos concretos: en España, personas que han acogido y dado trabajo a inmigrantes ilegales han sido multadas, mientras que muchos de estos trabajadores, con arraigo, podrían contribuir a la economía si se les legaliza: “Es una falta de caridad e irresponsabilidad no permitir que trabajen. La integración debe ser organizada y coordinada”.
El debate se extiende a la educación y la cultura: muchos inmigrantes llegan de sociedades con normas muy diferentes, y la adaptación requiere tiempo, cursos de idioma y formación profesional. “En Alemania, por ejemplo, los inmigrantes asisten a cursillos y aprenden el idioma; con eso también cambia su comportamiento y su integración”, explica Ingeborg Schlichting.
La situación se complica con mafias que mueven a personas desde las pateras hacia localidades del interior, como Castilla-La Mancha, dejando a jóvenes vagando sin medios ni estructura. “Esto demuestra que la inmigración ilegal aboca a las personas a situaciones desesperadas y que la respuesta debe ser planificación, legalidad e integración”, concluye Schlichting.
El consenso de los expertos es claro: la inmigración es necesaria para sostener la economía y la demografía de España, pero solo puede funcionar con organización, educación, legalización y coordinación internacional. Sin estas medidas, los problemas de desorden, xenofobia y precariedad continuarán creciendo.



