Cae el falso ojeador de futbolistas que prometía el estrellato a menores para cometer abusos
La Guardia Civil detiene en Canarias a un depredador sexual que ha dejado 61 víctimas tras una investigación iniciada por la confesión de un joven a su psicólogo

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La Guardia Civil ha desarticulado la actividad de un depredador sexual que operaba en Canarias, haciéndose pasar por ojeador de equipos de fútbol para acercarse a menores. La investigación, bautizada como operación Fake Manager, ha destapado por el momento a un total de 61 víctimas y ha concluido con el ingreso en prisión del detenido. El caso se inició a raíz de la denuncia de un psicólogo que trataba a una de las víctimas.
Una promesa de fama como cebo
El detenido, un hombre de 24 años que se hacía llamar Kenneth, seguía una estrategia bien definida. Contactaba con los menores en partidos de fútbol locales y les ofrecía llevar su carrera deportiva sin cobrarles nada, una apariencia altruista que usaba como cebo. Con paciencia, iniciaba conversaciones cada vez más íntimas para manipular a sus víctimas. "Se trataba, sobre todo, de tener paciencia", ha explicado el periodista Pablo Muñoz sobre el método del agresor.
Si los menores comenzaban a notar un comportamiento extraño y se resistían, el falso representante los coaccionaba. Según la investigación, les amenazaba con rescindir el supuesto contrato y con retirar su ayuda, venciendo así sus resistencias mediante el chantaje emocional para conseguir sus propósitos.
Le amenazaba con rescindirle el contrato y con dejar de ayudarle"
Colaborador de La Linterna
Un móvil destapó la trama
La primera alerta saltó en la Nochebuena de 2022, cuando el Colegio de Psicólogos contactó con la Guardia Civil de Vecindario (Gran Canaria). Un terapeuta informó de que uno de sus pacientes se había derrumbado y le había confesado ser víctima de una agresión sexual. El joven relató que un supuesto agente le "había prometido llevarlo al estrellato en el mundo del fútbol" y que, tras un año de acercamiento, se produjo la agresión. La víctima tardó un año en contar lo sucedido.
Los agentes lograron una primera detención en marzo, pero el hombre quedó en libertad con medidas cautelares, como la prohibición de trabajar con menores. Sin embargo, la intervención de su teléfono móvil fue clave. El análisis de más de 2.000 conversaciones permitió a los investigadores establecer el patrón de actuación del depredador, que introducía el tema sexual de forma progresiva hasta que pedía fotografías y buscaba un encuentro físico.
Pese a la prohibición, el detenido continuó con sus actividades y organizó un viaje con siete adolescentes a un campus de fútbol en Barcelona. La denuncia de un padre, a cuyo hijo le exigió más dinero, precipitó su arresto definitivo el pasado 12 de noviembre en Fuerteventura, donde se había trasladado a vivir. En esa segunda detención se intervino un segundo teléfono que está siendo investigado, por lo que no se descarta que aparezcan más víctimas.
Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.



