El testimonio de Omar Edgardo Capuzzi es de los que produce una emoción desbordante. Según relata lo que ha vivido su familia, los ojos se llenan de lágrimas. Lágrimas de felicidad y admiración por una pareja que no dudó en afrontar de la mejor manera posible, la vida.

Omar es argentino y tiene siempre muy presente un dicho de su país: "Vivir solo cuesta vida". En 2017, esa vida le planteó a él y a su pareja, Donka, la necesidad de decidir entre qué podían hacer ante la venida de un nuevo hijo y las dificultades económicas por las que atravesaban.

Omar tenía dos hijos de una anterior relación y estaba luchando por conseguir la custodia de uno de ellos. Donka sobrevivía con un hijo de 11 años cuando se conocieron. Al poco tiempo se quedó embarazada. "Teníamos tres hijos entre los dos, en situación de pobreza y sin recursos cuando ella se quedó embarazada. Ella me dijo, lo he pensado y vamos a abortar" cuenta en 'Fin de Semana', Omar cuya reacción fue clara, "es una solución muy estúpida, si el precio a la responsabilidad es querer sacarlo de forma rápida es una forma muy estúpida de hacerlo".

Convenció a Donka -Donki como la llama cariñosamente- de que lo mejor era tener al bebé y darlo en adopción, "le dije que no estaba de acuerdo. Un amigo argentino no podía tener hijos y tuvo que pasar mucho para poder adoptar", por ello decidieron " vamos a buscar otra salida, vamos a buscar una familia".

Pero aquí no acabaron las dificultades, se pusieron en contacto con los servicios sociales para que pusieran en marcha el proceso de adopción y estos intentaron convencer a Donka de que abortara, incluso en una de las visitas médicas de seguimiento del embarazo, tenían todo preparado para practicar el aborto, "nos esperaban para que abortáramos y nosotros le habíamos puesto hasta nombre al bebé, le llamamos Bruno".

Tras superar esa primera fase todo fue bien. Pero aún quedaba el momento más duro, separarse del pequeño Bruno que ahora seguramente tendrá otro nombre “cuando entregas al niño es duro, lo vivimos como un hijo al que nos vamos a quedar, queríamos que se sintiera querido".

Toda la familia recuerda al pequeño con mucho cariño, se hicieron fotos con él para nunca olvidarle y tanto Omar como Donka y sus hermanos esperan que de mayor quiera conocerlos.