El Papa Francisco viaja a Irak. Y es una visita histórica no solo porque es la primera vez que ocurre en la historia, sino también por las circunstancias que vive el país desde hace años. El viernes 5 de marzo sale el vuelo de Roma hacia Bagdad, hacia la capital de un país dolorido y martirizado. El padre Naim Soshandy, es iraquí y párroco en Albacete. Y se ha acercado a los micrófonos de El Espejo para ayudarnos a entender lo que supone este viaje para la comunidad cristiana iraquí.

El padre Naim es un sacerdote que vivió la irrupción de los terroristas en la llanura de Nínive y ahora es testigo en la lejanía de esta esperada visita: "Estoy en contacto con mi familia, mis amigos y mis hermanos sacerdotes. La gente está de todas nuestras regiones y le darán una calidad bienvenida porque es un sueño. Están muy contentos, ilusionados y esperándole con los brazos abiertos".

El sacerdote ha podido también escuchar el mensaje que el papa Francisco ha querido enviar a la comunidad cristiana del país de cara a su viaje: "Es una iglesia mártir porque hemos perdido muchos hermanos. Ojalá que esta visita también cure esas heridas que tienen nuestros corazones".

Viene a defender a sus hijos

Además el papa visitará también la ciudad natal del actual párroco en Albacete: "Después de tantas dificultades y problemas, es una alegría para nosotros recibir al Santo Padre en Qaraqosh. El papa tiene un lugar especial en el corazón a los cristianos de la Iglesia Oriental. Afirma también la importancia de su presencia en el país. Viene a defender a sus hijos. Le necesitan y ha llegado el momento para que la gente vea que el cristianismo sigue en Irak".

"La fraternidad es posible. Poco a poco, se necesita tiempo. Ha venido en este momento para curar lo que hemos perdido desde 2014. Viene para que vuelva la confianza con nuestros vecinos musulmanes. No es imposible, siempre con confianza en el Señor. Viene como una peregrinación en la que encontramos un mensaje de hermandad y fraternidad".