Esta jornada está dedicada a la oración y la cooperación económica con las personas que son llamadas a la vocación sacerdotal o religiosa en los Territorios de Misión, y en esta ocasión lleva por lema "Di Sí al sueño de Dios".

En 'El Espejo' el P. Innocent Shava, misionero de Mariannhill, ha recordado que su vocación fue madurando en las celebraciones en las que participaba desde pequeño junto a su madre, catequista en las pequeñas comunidades de su país: "Éramos cinco hermanos y siempre acompañábamos a mi madre. A mí me impresionaba la entrega de los misioneros y su compromiso para que nosotros pudiéramos vivir mejor".

I. Shava fue ordenado en su país natal, Zimbawe, y ahora amplía estudios en la Universidad Pontificia de Salamanca, mientras trabaja en cuatro pueblos de la diócesis. En la entrevista ha explicado que una de las principales dificultades para poder responder a la vocación sacerdotal en su país de origen es el coste económico que tiene entrar en el Seminario.

El misionero ha destacado la importancia que tiene que haya sacerdotes nativos que puedan hablar de Dios en el idioma de origen y desde la propia cultura: "Para la gente de mi país es una alegría enorme que haya sacerdotes que comparten nuestra cultura".