El Real Murcia se atasca en casa y cede un gris empate ante el Teruel

El Real Murcia firmó este domingo su partido más discreto desde la llegada de Adrián Colunga. Tras dos victorias consecutivas en liga y el impulso moral de haber superado la primera ronda de la Copa, los granas se estrellaron ante un CD Teruel mucho más incómodo de lo previsto. El 0-0 final dejó a los murcianistas con la sensación de haber retrocedido un paso tras las buenas sensaciones de las últimas semanas, en una mañana marcada también por dos interrupciones en la grada por lipotimias de aficionados, como consecuencia del fuerte calor, y con cerca de 14.000 espectadores en el Enrique Roca Murcia. 

El choque comenzó torcido desde antes del pitido inicial: el capitán, Alberto González, se quedó fuera a última hora por problemas musculares en el abductor. Una baja que pesó, y mucho, en un equipo que se mostró espeso, lento y sin chispa. El centro del campo local no logró generar juego, las bandas apenas inquietaron y Flakus, muy desasistido, se quedó sin socios para generar peligro.

 Un Murcia lento y un Teruel con las ideas claras  

La primera mitad fue plomiza. El conjunto de Colunga circuló el balón con una lentitud que desesperó al público, especialmente cuando Antonio David, llamado a asumir galones, acumuló errores en zonas comprometidas. El Teruel, bien ordenado y con personalidad, fue creciendo a medida que pasaban los minutos, aprovechando las imprecisiones grana para pisar área y acercarse al gol.

Solo en la recta final del primer tiempo despertó el Murcia. A instancias del técnico asturiano, el equipo imprimió algo más de velocidad y Pedro Benito habilitó a Flakus, que protagonizó la mejor acción ofensiva local: una larga carrera culminada con un disparo cruzado que se marchó fuera por escasos centímetros.

 Un dominio estéril y un salvador Gazzaniga  

Tras el descanso, el Murcia monopolizó la posesión, pero sin profundidad ni intención. Fue un dominio estéril, un “toqueteo” sin consecuencias que apenas inquietó al meta Rubén Gálvez, que vivió una mañana muy tranquila. Todo lo contrario que Gazzaniga. El portero argentino volvió a ser decisivo al sacar un remate a quemarropa de Padilla que pudo haber cambiado el signo del encuentro. También intervino en un par de acciones más que mantuvieron a los granas con vida.

Colunga movió el banquillo buscando una reacción, pero los cambios no alteraron el ritmo ni mejoraron las prestaciones del equipo, que jamás encontró el modo de meter mano a un Teruel serio, compacto y con más sensación de poder llevarse los tres puntos.

 Un punto y poco más  

La mejor noticia del día para el Real Murcia fue prolongar a cinco su racha de partidos sin perder y dejar la portería a cero por primera vez en mucho tiempo. Con este empate, los granas suman siete de los últimos nueve puntos en liga desde la llegada del técnico asturiano. Sin embargo, la imagen ofrecida ante su afición revela que aún queda mucho por ajustar para mantener una línea ascendente.

El Teruel, por su parte, salió reforzado de Nueva Condomina, donde estuvo más cerca que el Murcia de llevarse un botín que habrían merecido por ambición y claridad de ideas. Tocará recuperar terreno el próximo sábado, a las 14'00, en Antequera.