Los Reyes Magos han emprendido un largo viaje muy cargados de regalos. Van a recorrer el mundo entero dejando paquetes a los niños buenos y a los que todavía tienen un par de díaspara portarse bien. Pese a ser magos, necesitan ayuda y en cada ciudad buscan emisarios para que la labor sea más sencilla porque son muchos hogares los que deben visitar. Cada Rey tiene una mano derecha en cada lugar y Melchor ha escogido que su colaborador directo en la trimilenaria sea Nacho Jáudenes.Está emocionado y admite que según sus Majestades de Oriente "los niños de Cartagena han sido buenos" e intentarán contentarles con sus peticiones en las cartas.

Aunque él, de niño, seguía otras rutinas, admite que los Reyes Magos quieren dos vasos de leche y uno de colacao y un trozo de roscón para hacer menos larga una noche mágica. Caulquier dulce será bienvenido. Eso sí, el trabajo empezará bien temprano, porque antes de encontrarse con todos los pequeños tras llegar por el Puerto habrán cumplido con una gran labor que no puede faltar.

Visitarán a los niños del Hospital y a los mayores del Asilo para charlar con ellos. Posteriormente las bandas de músicas les recibirán para estar con los peques en el Palacio. No se irán mientras haya un niño que quiera hacer su petición o hacerse una foto con ellos. De allí, se irán a prepararse para la Cabalgata que repartirá muchos caramelos y peluches como aperitivo a la gran noche. Recuerda a los niños que todavía deben portarse muy bien para que los papis puedan transmitir en su informe directo a los Reyes Magos. La ilusión de los emisarios es también grande al saber que con la recogida de juguetes ningún niño se va a quedar sin regalo en uno de los días más especiales del año.