Camino Ignaciano: "Una experiencia profunda y el deseo de experimentar la vida de otra manera"
En la festividad de San Ignacio, el "peregrino", recorremos la ruta que realizó en 1522 desde Loyola hasta Manresa

Descubre el camino Ignaciano
Vitoria - Publicado el
2 min lectura
San Ignacio no fue sólo un santo, fue un caminante, un buscador, un revolucionario espiritual. Y el 31 de julio, su día grande, Bizkaia y Gipuzkoa lo celebran con misas, procesiones y actos en pueblos y ciudades. El 1 de agosto, en la Basílica de Loyola, el obispo de San Sebastián Fernando Prado, presidirá una Eucaristía en su honor a las 11 de la mañana a la que asistirán las autoridades.
Pero más allá del fervor religioso, San Ignacio también invita a mirar hacia dentro, a detenernos un instante y recordar el legado profundo que dejó. No sólo fundó la Compañía de Jesús. También inició un viaje que hoy miles de personas siguen recorriendo: el Camino Ignaciano, que une Azpeitia, en Euskadi, con Manresa, en Cataluña, y que sigue transformando a quienes se animan a recorrer sus pasos.

"Un peregrino completó corriendo los 700 kilómetros del Camino Ignaciano por una causa solidaria", cuenta Iriberri
un camino, muchos motivos
Hacer el Camino Ignaciano es “una experiencia espiritual, cultural y deportiva” que pasa por La Rioja, Navarra y Aragón, según explica en COPE, Josep Lluis Iriberri, jesuita fundador en 2010 del Camino Ignaciano moderno.
“Hace cuatro días nos llegó un peregrino catalán que había hecho todo el camino corriendo desde Azpeitia hasta Manresa por una causa solidaria. Pero hay muchos motivos que te pueden llevar a ponerte las botas, a coger una mochila, a caminar o a ir en bicicleta”.

Santuario de Loyola, Azpeitia
No fue hasta finales del siglo XX cuando el Camino Ignaciano recuperó la fortaleza y vitalidad perdidas en siglos anteriores. “Los jesuitas, nos dimos cuenta de que caminábamos el Camino de Santiago. Lo hice seis veces por diferentes puntos de España y acompañábamos a jóvenes. Y de repente surgió la idea de decir: ‘Bueno, y Ignacio, que se llama el peregrino en su autobiografía, ¿cómo es que no tenemos un camino que sea el Camino de San Ignacio?’. Así nació todo”.
700 kilómetros en 30 días
El camino se realiza en cuatro semanas, 30 días, casi 700 kilómetros. Cada semana tiene un atractivo totalmente diferente que sorprende y transforma. “Incluso cuando llueve, también es muy bonita la experiencia. Cuando pasas por Aragón, por los Monegros, que es un desierto, es silencio, es desnudez. Es una experiencia que toca tu interior”.

Cueva de San Ignacio, Manresa
“Loyola, Montserrat, el Pilar, hay tantos lugares. Yo creo que todo cambia, sobre todo si lo haces desde la vertiente espiritual, acompañado por los Ejercicios Espirituales”.
En la web del camino Ignaciano figuran las descripciones de las etapas, no solo físicas, sino también espirituales. “Vamos acompañando a Ignacio, con su autobiografía y las oraciones de los ejercicios adaptadas al lugar. La gente acaba el trayecto con una experiencia profunda y con mucho deseo de experimentar la vida de otra manera, que era nuestro objetivo al crear este camino”.