Con más del cien por cien del voto escrutado, las abstenciones en el País Vas-co se elevan hasta alcanzar más del 47 por ciento. Una suma que sobrepasa en más de 200.000 a las producidas en el año 2016. Este hecho no ha provocado cambios inesperados en cuanto a resultado se refiere. El PNV ha logrado una representación de 31 escaños, frente a los 28 que obtuvo en 2016, y el PSOE 10, uno más que hace cuatro años. Esto le permitirá a Urkullu ser de nuevo nombrado lehendakari tal y como había acordado con el Partido Socialista.

Es por lo tanto que los peores pronósticos en cuanto a participación se confirman. Lo ha confirmado Estefanía Beltrán de Heredia, al cierre de los colegios. Si a medio día el descenso de participación era de un 1,3 por ciento, a las 17 horas el porcentaje se elevaba hasta el 8,4 por ciento. El peor porcentaje lo registra Ála-va, con un 33,2 por ciento y una baja de 9,3 por ciento, seguida de Bizkaia con un 36,4 y una caída del 8,9 por ciento, y Gipuzkoa, con un 36,7 por ciento y un descenso del 7,8 por ciento.

Por su parte, la abstención en Galicia es algo menor y supera el 41%. Con casi el cien por cien del voto escrutado, Feijóo ha validado su cuarta mayoría absoluta en Galicia y ha obtenido 42 es-caños, uno más que en el año 2016. BNG se colocaría como segunda fuerza política con 19 escaños (13 escaños más que en el año 2016), y seguido por PSE, que ha obtenido los mismos escaños que en los anteriores comicios (14).

Los efectos del coronavirus y los brotes en localidades de ambas provincias podrían ser los protagonistas de unas elecciones que si bien antes de celebrarse se podían saber los resultados. Una vez celebradas, los pactos y los resul-tados obtenidos son los esperados. Los más de cuatro millones de electores que estaban llamados a las urnas tanto en Galicia como en el País Vasco han protagonizado un día electoral histórico donde las mascarillas y las colas a las puertas de los colegios electorales han sido las protagonistas.