FOLCLORE
Así es el auténtico carnaval navarro: Momotxorros, Zaku-zaharrak y Zipoteros
El musicólogo Alberto Magán-Ciérvide continúa relatando los diferentes folclores en torno al carnaval en distintas localidades navarras

Alberto Magán-Cíervide explica el carnaval de Navarra
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Buenas tardes, aquí estamos, en un jueves más de folclore navarro, en el que retomamos el pasado programa, pues vamos a continuar hablando del Carnaval en Navarra. Espero que hayas preparado el pasaporte Fermín, porque hoy vamos a viajar de lo lindo.
Estamos ya en plena Cuaresma, pero eso no nos impide seguir repasando, recordando y aprendiendo más sobre nuestro folclore navarro, porque para aprender siempre es buen momento. Pues eso, aunque estamos en Cuaresma, que a ello dedicaremos otro momento, vamos a seguir hablando del carnaval, porque como dijimos el otro día, tenemos el carnaval más variado, rico y diverso por metro cuadrado. Nos centramos en el carnaval de Zubieta e Ituren y hoy vamos a hacer un repaso del resto de carnavales rurales más conocidos y peculiares de Navarra.
Recordemos que el gran protagonista en Navarra es el carnaval rural de muchos pueblos, en los que se les da vida a seres mitológicos, animales, supersticiones y demás personajes estrella del romancero navarro.
Famoso es el carnaval de Alsasua con sus Momotxorros. Los carnavales en Alsasua, se celebran dos días: el martes anterior al Miércoles de Ceniza, que tiene lugar el carnaval rural y el sábado siguiente al Miércoles de Ceniza, que se celebra el carnaval de piñata (de carácter más urbano). El personaje más importante de este carnaval es el Momotxorro. Su indumentaria consiste en un espaldero de piel de oveja latxa, camisa blanca remangada y los brazos pintados de rojo simulando estar manchados de sangre, al igual que la camisa, que al ser blanca, pues destaca mucho. Para esto, realizan el llamado “rito de la sangre”. Después, cubren la cara con una crin de caballo y llevan un cesto de mimbre gordo con unos enormes cuernos sobre la cabeza.
Podemos verlos también con collerones de campanillas y cencerros que causan un verdadero estruendo. Completan esta vestimenta con una horca en la mano, conocida como “sadre” para amedrentar más todavía. Visten pantalones azules, calcetines blancos y albarcas. Sin duda, es uno de los personajes con más carga violenta del lugar.
La costumbre desapareció en la década de 1930 ya que como en otras partes de España, el carnaval estuvo prohibido, pero se recuperó en 1982. El personaje fue recuperado a partir de las investigaciones del acordeonista Enrique Zelaia, que se entrevistó con los mayores del lugar. Desde entonces, se ha hecho cada vez más popular.
El origen de este carnaval y del personaje, tiene un origen desconocido, pero como podemos ver, cuenta con un marcado carácter ancestral.
Los Momotxorros, junto a otros personajes que se les unen como el Akerra o las Sorginak, bailarán varias veces la famosa danza de los Momotxorros y que ha llegado en la actualidad a ser una auténtica muestra de identidad del pueblo.
Hablé con una chica de Alsasua, que se llama Erkuden, como su patrona la Virgen de Erkuden, que tiene una ermita muy bonita muy cerca del pueblo, y me dijo que la sensación de temor que se tiene en algunos momentos del desfile de los Momotxorros, es realmente angustiosa porque el ruido que hacen y el fuego, ya que van desfilando con unas antorchas, se apoderan de las calles y realmente es digno de ver.
Finalizan con una gran hoguera en la plaza y danzando todos alrededor para despertar de esta manera a la primavera y es el momento en el que se descubren el rostro, como despertando a esta nueva estación. Con ello terminan el martes de carnaval y ya, el sábado posterior, como hemos dicho, celebran un carnaval urbano. Así que cita obligada para el año que viene.
Y seguimos con el carnaval de Lesaka, que aunque puede ser algo más desconocido, es muy peculiar y especial. Sus personajes más típicos son los “zaku-zaharrak” y los “Mairus”.
Los Zako Zar están encarnados por hombres embutidos en sacos y rellenos estos de paja o hierbas secas. Un saco en cada pierna, otro en cada brazo y otro para el cuerpo. Una vez están rellenos de paja, se les cose por detrás unos sacos a otros, terminando la vestimenta tan característica. Los encargados de coser estos sacos, una vez envuelven los cuerpos de los hombres y rellenos en esta paja, son los “Mairus”, personajes encarnados por mujeres, y que van vestidas con unos trajes llenos de cintas de colores que les cubre todo el cuerpo. Por último, los Zako Zar, cubren sus caras con una tela blanca con agujeros para boca y ojos y sombreros de paja.
Llevan en la mano una botana, que es una vejiga de cerdo hinchada para pegar a todo aquel que se cruce con ellos. Cuando se cansan, se echan al suelo unos encima de otros y como podemos imaginar, al ser un traje tan mullido, ni sienten el frío y duro suelo, ni el peso de los compañeros.
En ocasiones han llegado a desfilar hasta 80 Zako Zar.
Por otro lado, no hay que olvidarse de las cuadrillas que celebran su carnaval por los caseríos. Según los barrios se dividen en dos grupos:
Los del barrio Frain, se llaman fraindarrak vestidos con pantalón blanco, blusa negra, pañuelo floreado y boina verde, que recorrerán los caseríos de dicho barrio con música de acordeón y algunos de ellos con escobas para darles con ella a quién no baile como debe.
Y, por otro lado, están los de los barrios de Endara, Auzoberri y Zala, llamados “goitarrak”. Visten con pantalón blanco que tiene un trenzado rojo en los laterales y cascabeles, blusa y boina roja. Bailan al son de la trikitixa y acompañan sus bailes con castañuelas.
De esta forma, se hace llegar la alegría del carnaval, como vemos, a todos los rincones de Navarra y de esta forma, saltamos a otra parte de nuestra comunidad foral, en concreto hasta la capital ribera.
En Tudela, los carnavales son representados por los Zipoteros, encabezados por el Zipotero mayor. Camisa de color, sobrecamisa azul, pantalón blanco o negro, pañuelo en la cabeza anudado en las cuatro esquinas, máscara blanca y una funda de almohadón para llevar al hombro, cargada de caramelos y peladillas que irán repartiendo. Llevan también una vara con cascabeles y una botana. El Zipotero tudelano es un personaje muy antiguo, que ya recogió el historiador José Yanguas y Miranda en sus escritos sobre el Carnaval (siglo XIX). Los zipoteros, acompañados por el Capirote, un personaje que lleva la cara cubierta, un alto gorro y una vara con varios cencerros, desfilan por las calles del Casco Antiguo lanzando caramelos, mientras utiliza su vara en la que se ata una botana y cascabeles, para descargar y zurrar a las personas que encuentran a lo largo del recorrido, que se inicia en la calle San Nicolás y suele terminar con una chistorrada popular.
Como curiosidad, El día 3 de Marzo del año 2000 se recuperó, un baile perdido: la Polka perteneciente al Carnaval de Tudela del año 1896. Fue gracias al esfuerzo entre otras personas, de Javier Pérez de Obanos (miembro de los gaiteros de Tudela) o Antonio Guerrero (músico sangüesino) quienes lo hicieron con el objetivo de que los carnavales no fueran un mero hecho de "salir por los bares" sino de "recuperar las raíces de esta fiesta". La escuchamos.
Y seguimos viajando por Navarra para llegar a las angostas calles de la villa de Aoiz que se llenan de colorido con la llegada de sus históricas carnestolendas. El carnaval de Aoiz, se celebra el martes anterior al Miércoles de Ceniza. Sus personajes son los Cascabobos y las mascaritas.
Los Cascabobos visten calzón rayado de distintos colores, a juego con una camisa ablusonda en cuyo interior y ajustadas a la cintura suenan varias campanillas cada vez que se mueven. Calzan alpargatas, medias atadas bajo la rodilla. En la cabeza llevan un gorro o ttuntturro, del que cuelgan cintas del mismo color que el traje. Por último, un antifaz y una tela les aseguran el anonimato.
La nota musical la ponen las campanillas que llevan atadas al cuerpo. Como complemento azuzador portan una bota compuesta por un palo del que cuelga una media o un calcetín lleno de trapos, al que denominan como digo “bota”.
En cuanto al atuendo de las Mascaritas, se compone de falda con vuelo, chamba ajustada en la cintura, zapatos y un llamativo sombrero con velo grueso que oculta sus rostros. Unas se enseñorean con un abanico y otras juguetean mojando sorpresivamente con agua a todo aquel que cruza el paseo. Para ello se valen de un pequeño recipiente de goma que llevan oculto en la mano.
Al habitual desfile se ha incorporado hace unos años un elemento nuevo, la apertura y purificación de la calle Maldita, que une la Plaza del Mercado con la Virreyna. La tradición popular cuenta que en ella se produjo un asesinato hace más de 70 años y desde entonces permanece cerrada. Ahora, cada año en carnaval, esta calle ve desfilar a Cascabobos y Mascaritas con antorchas encendidas después de la quema de Ziriko y Kapusai, que son los protagonistas de aquel trágico suceso.
Y desde Aoiz, damos otro salto hasta Goizueta, donde su peculiar carnaval, evoca su tradición carbonera.