"Es curioso cómo ni Pedro Sánchez ni todas las feministas oficiales del Gobierno han dicho ni mu sobre el escándalo de las pulseras"

Sobre el escandalazo de las pulseras que no funcionan, puestas a los maltratadores para el control y la separación, la distancia de sus víctimas. Varias claves. O sea, es muy curioso cómo ni Pedro Sánchez ni todas las feministas oficiales del gobierno de su entorno han dicho ni mu. La verdad es que casi mejor, ¿eh? Porque cuando no es la ministra mintiendo sobre los efectos de la avería, es Yolanda Díaz diciendo que hace falta una pequeña investigación. Pequeña investigación, eso sí. El resto de ministras, el resto de diputadas, progresistas y reformistas, el resto de actrices y artistas, ni mú. 

Resulta increíble: hemos pasado en 48 horas de que esto era un bulo —y no se sabe bien quién lo filtró, porque empezó en la Fiscalía—, un bulo de la derecha, y que no había pasado nada grave, a licitar de nuevo el contrato de las famosas pulseras de los maltratadores. Es un escandalazo sin paliativos. Que si se compraron en el chino de la esquina, poco más o menos; que si no fue para tanto, o que eran muy pocas. Y la ministra de Igualdad hasta sonriendo, y todos callados como puertas ante un caso tan tremendo como este.

Sinceramente, no sé qué están tardando abogados, jueces —que ya están empezando a asomar la patita—, policías, guardias civiles y, sobre todo, las propias víctimas en denunciar su caso, sus miedos. Y la otra bestia ahí abajo con la pulsera que no funciona. Qué vergüenza. La ley del "sí es sí". Las sobrinitas y amiguitas de Ábalos y compañía. Y ahora esto: todo feminista, progresista y reformista.