La trashumante más pequeña de La Rioja apenas tiene 2 años: Crecer entre 600 ovejas y 40 vacas

El pastoreo se ha convertido en un oficio en vías de extinción ante la falta de vocaciones y por la pérdida de rentabilidad de las explotaciones ganaderas. Según el Instituto de Estadística de La Rioja, hay en nuestro territorio unas 63.000 ovejas.

el último trashumante de la rioja

David Ceballos, pastor por vocación, junto a su mujer son los últimos trashumantes de La Rioja. Es el único pastor de la ciudad de Santo Domingo que iniciaba hace ya casi dos años la primera experiencia con alrededor de 700 cabezas en busca de mejores pastos con destino a Matute.

Los motivos que mueven al último trashumante de La Rioja: Solo tiene 17 meses

Un trayecto que si lo trazamos en línea recta, puede suponer unos 50 kilómetros, pero los caminos por los que se adentran él y su mujer junto al resto de animales no son los convencionales. Unos senderos que son las propias ovejas quienes van haciendo a su paso. Entre montes, cerros y picos, David dedica una vida alejado de la ciudad.

En octubre llegaron a Santo Domingo y ahora, toca regresar. Se dirigen a una zona cercana al Monasterio de Valvanera, a los pasos comunales de la mancomunidad de Anguiano, Matute y Tobía. Aunque eso sí, el recorrido no es nada fácil como te digo y es que hay más de mil metros de altitud entre Santo Domingo y el punto de llegada.

eda, la niña que crece entre pastos

A esta aventura, quien se ha sumado ahora, es su hija Eda. Con apenas 2 añitos, ya está realizando la trashumancia junto a sus padres. De normal, va sentada, en su carrito, mientras su padre o madre la llevan, pero siempre que puede, prefiere estar con los pies en la hierba.

Ella es la única niña actual en La Rioja que puede decir a su edad que está realizando la trashumancia. Además, su padre asegura que los valores que ya desde tan pequeña está aprendiendo, como es el trabajo duro del campo y el amor por los animales, de cara al futuro le van a servir para tener una mejor vida:

"El año pasado todavía era muy pequeñita y venía a tramos, pero esta vez ya se viene con nosotros. Ella siente devoción por los animales, y al final hemos decidido que venga. Ella va en el vehículo, en su sillita y después baja en los tramos que puede estar".

una infancia única y con valores diferentes

Para David y Ana, Eda, lejos de ser una molestia o una carga, es sin duda su mayor fuente de fuerza y esperanza. Cuando creen que no pueden más, mirarle a la cara y ver su sonrisa les da el impulso suficiente para aguantar y seguir adelante. Además, su padre asegura que va a crecer con unos valores únicos:

"Esto también le va a servir para saber que la vida cuesta y que hay que sacar adelante los proyectos. Así le inculcamos unos valores de trabajo y esfuerzo ya desde pequeña. También, mirarle a la cara y verle la sonrisa nos da la fuerza para no parar".