De Logroño a París por "un trozo de tela": José Luis Marañón, propietario de Textiles Marañón, un comercio centenario, explica el método que ha seguido para que su negocio, en su cuarta generación, triunfe a nivel internacional

El comercio minorista de Logroño muestra signos de revitalización. Por primera vez en años, la ciudad ha registrado un saldo positivo en el primer semestre de 2025, con 45 aperturas frente a 39 cierres. Este cambio de tendencia supone, un soplo de aire fresco para un sector que da empleo a casi 10.000 personas en los cerca de 2.000 comercios minoristas de la capital riojana y a más de 17.000 en toda La Rioja.

La cercanía como seña de identidad

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La principal fortaleza del tejido comercial logroñés es su singularidad. Según datos del Observatorio del Comercio de Logroño, casi el 89% de los establecimientos son negocios independientes de las grandes franquicias, lo que fomenta una experiencia de compra más auténtica y una atención personalizada. 

Así lo defiende Amaya Tomé, dueña de una tienda de ropa en la calle Portales, quien destaca que la clave es la profesionalidad y el trato cercano: "Una de las grandes diferencias es esa, la cercanía, la amistad. Vienen también un poco al pequeño comercio buscando ese asesoramiento". Para ella, la manera de competir es "ofreciendo calidad, servicio y garantía y, sobre todo, seguridad".

El reto de la digitalización

Pese a la fortaleza del modelo de proximidad, el sector se enfrenta a grandes retos como la venta online. La digitalización se ha convertido en un chaleco salvavidas para muchos negocios, procurando el mantenimiento e incluso el crecimiento de las ventas. Según el Instituto Nacional de Estadística, el comercio minorista en La Rioja cerró 2024 con un incremento del 2,1% en sus ventas, demostrando la capacidad de adaptación del sector.

Un ejemplo de esta adaptación es Textiles Marañón, un negocio familiar con más de 100 años de historia. José Luis Marañón, tercera generación al frente del negocio, explica cómo la incorporación de su hijo ha supuesto una revolución. 

La apuesta por las redes sociales y las nuevas tecnologías les ha abierto puertas a mercados impensables hace años, realizando instalaciones de cortinas en Málaga, París o Barcelona. "Está aportando ideas nuevas, nos está metiendo en presupuestos o en instalaciones que yo, prácticamente, las había desechado", admite Marañón.

O te actualizas hoy en día o tiendes a morir"

José Luis Marañón

Dueño de Textiles Marañón

La filosofía de Textiles Marañón es clara: la modernización y la especialización son innegociables. "Estamos actualizándonos constantemente, con sistemas de todo tipo. Aprendemos todos los días cosas nuevas", afirma José Luis. 

Esta mentalidad les ha permitido no solo sobrevivir, sino crecer a nivel internacional, hasta el punto de que próximamente se trasladarán a un local que triplica su superficie. La conclusión de Marañón es tajante: "O te actualizas hoy en día o tiendes a morir. No te queda otra".

Nuevos modelos de negocio

El ecosistema comercial de Logroño también acoge a emprendedores con recorridos inversos. Es el caso de María Heras, de 44 años, quien recientemente ha abierto una tienda de ropa en la Plaza del Mercado después de haber comenzado su andadura exclusivamente en el canal digital. 

Heras sentía que necesitaba un espacio físico para que los clientes pudieran apreciar la calidad de sus prendas. "Mi marca nació en digital, pero necesitaba tener un lugar real, donde la gente pueda tocar y ver la calidad de las prendas", explica.

Mi marca nació en digital, pero necesitaba tener un lugar real, donde la gente pueda tocar y ver la calidad de las prendas"

María Heras

Comerciante

La experiencia en el centro de Logroño ha sido muy positiva, sintiéndose arropada por la comunidad. "Me han acogido con un montón de cariño. Se acercan a preguntar, a interesarse, y hay como una sensación muy bonita de recuperar la vida de barrio", relata la emprendedora.

El optimismo de un sector clave para la ciudad

Estos datos y testimonios forman parte de la radiografía del músculo comercial de la ciudad, un informe elaborado por la Cámara de Comercio de La Rioja y la Universidad de La Rioja en colaboración con el Ayuntamiento. 

Este análisis es una pieza clave en la aspiración de Logroño a ser Capital Europea del Comercio Minorista en 2028. Florencio Nicolás, director de la Cámara de Comercio de La Rioja, valora los datos como muy positivos y espera que supongan "un punto de inflexión y de relanzamiento de este importante sector".

Nicolás subraya que el comercio es un motor económico y social fundamental para la ciudad. "Son cifras que de alguna forma vienen a frenar, pues, una tendencia negativa que que hemos tenido a lo largo de los años", ha señalado. Con 17.000 personas empleadas en el sector en La Rioja, ha destacado que estos negocios "contribuyen con su esfuerzo diario a generar actividad, a generar riqueza y a generar vida en nuestra ciudad".