En el corazón del Mercado de Abastos de Logroño: La huerta riojana resiste entre algoritmos y supermercados
Defender el sabor local, un acto de resistencia en tiempos de algoritmos y en el Mercado de Abastos de Logroño late la huerta riojana

La huerta riojana resiste entre algoritmos y supermercados
Logroño - Publicado el
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Esta mañana hemos paseado entre los puestos del Mercado de Abastos de Logroño, el corazón palpitante de la agricultura de kilómetro cero en nuestra ciudad. Un lugar donde los tomates aún huelen a tomatera, las peras conferencia de Rincón de Soto lucen su sello de calidad, y los espárragos y alcachofas de Calahorra se apilan, recién llegados del campo. Aquí, entre cajas de guisantes y alubia verde, y cestas de cerezas, late el pulso de la huerta riojana.
Queríamos saber por qué quienes compran aquí lo siguen prefiriendo frente al supermercado. La respuesta, aunque sencilla, viene cargada de matices. Maite, con su bolsa llena de cerezas y fresas, lo tiene claro. Aunque reconoce que a veces el precio es un poco más alto, “el sabor no tiene color” comparado con el de las grandes superficies.
Amelia, por su parte, valora la conexión humana. “El tendero me dice de qué pueblo viene cada tomate y eso no te lo cuenta una etiqueta del supermercado”, comenta con una sonrisa.
Mónica es productora y vendedora. En su puesto, las verduras relucen de frescura. Las lechugas y cebollas tiernas vienen de su propia huerta, en pueblos como Agoncillo, Ausejo o Navarrete.
Ella lo explica con pasión, “muchas veces se desconoce el trabajo que hay detrás, la siembra, el riego, la recogida, el transporte. Detrás de una caja de tomates hay madrugadas, manos encallecidas y decisiones que dependen del cielo”.

Mercado de Logroño, La Rioja
Y es que, como insiste Mónica, el sabor lo dice todo, “un tomate que se recoge maduro y se vende el mismo día sabe a verano. Uno que ha pasado cinco días en una cámara frigorífica… ya no sabe igual”.
Es cierto, puede que el producto del Mercado de Abastos cueste un poco más. Pero lo que te llevas es mucho más que un alimento. Es frescura, es salud, es sostenibilidad.
Según datos del Gobierno de La Rioja, el 80% de los productos hortofrutícolas que se venden en estos mercados locales se cultivan a menos de 50 kilómetros. Eso reduce la huella de carbono y apoya directamente a los agricultores locales y a las pequeñas explotaciones familiares.
Como bien nos recordaba una vecina, cuando compras en el puesto de Mónica, no solo eliges calidad, estás apostando por el comercio local, por la economía circular, y por un modelo alimentario más justo.

Carnicería
Conversaciones Heladas: Pensar el sabor local
¿Qué es el sabor local y por qué hay que defenderlo? Esa es la pregunta que articulará la décima edición de "Conversaciones Heladas", el encuentro que regresa este 20 de mayo a las Bodegas Franco-Españolas, con entrada libre de 9:30 a 14:00 y de 17:00 a 19:00.
De la mano del maestro heladero Fernando Sáenz y Angelines González, creadores del obrador Grate y de la heladería Della Sera, será una jornada de pensamiento, sabor y conciencia. No un evento gastronómico al uso, sino una conversación colectiva sobre la alimentación.
Allí se hablará de justicia alimentaria, del papel de los bares, los mercados y los tenderos como piezas clave en la salud de nuestras comunidades. Porque como recuerda Fernando Sáenz, “el sabor local no es solo gusto, es identidad, es memoria, es una manera de entender nuestro territorio: La Rioja”.
En tiempos de supermercados globales y algoritmos que nos dicen qué comer, defender el sabor local es un acto de resistencia. Volver al tomate que sabe a tomate. Al pimiento de cristal asado en casa. A los helados con albahaca de la ribera del Ebro. A ese recetario ancestral que, como decía Fernando, “nos ha acompañado siempre, y no deberíamos perder”.