Menorca en alerta por el avance de la lengua azul en Mallorca
La reaparición del serotipo 3 de la enfermedad en la isla vecina reaviva la preocupación en la cabaña ganadera menorquina, que sigue atenta a las medidas de control y vacunación

Catalina Pons, presidenta FAGME
Menorca - Publicado el - Actualizado
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La Conselleria de Agricultura, Pesca y Medio Natural declaró Mallorca como zona afectada por el serotipo 3 de lengua azul tras detectarse un primer foco en una explotación ovina en Bunyola. La enfermedad, transmitida por mosquitos del género Culicoides, ha obligado a activar de inmediato una campaña de vacunación para intentar frenar su propagación.
En Menorca, la noticia ha encendido todas las alarmas. Aunque por el momento no se ha confirmado ningún caso en la isla, la proximidad geográfica y el precedente de hace apenas once meses, cuando se contabilizaron hasta 21 focos del virus en explotaciones menorquinas, mantienen en vilo al sector ganadero.
La amenaza del serotipo 3
El nuevo foco detectado en Mallorca ha sido confirmado en una explotación de ovino con 156 animales. Según los análisis del laboratorio nacional de referencia de Algete, se trata de una entrada reciente del virus, lo que ha llevado a declarar la isla como zona de restricción y a delimitar un área prioritaria de vacunación en un radio de 10 kilómetros alrededor del municipio de Bunyola.
La Conselleria ha asegurado que dispone de un primer lote de 50.000 dosis de la vacuna contra el serotipo 3 y ha firmado un contrato de emergencia para adquirir otras 230.000 más. La vacunación comenzará esta misma semana en los municipios más cercanos al foco, con el objetivo de crear un cordón sanitario que frene la extensión del virus.
El sector ganadero menorquín observa con preocupación estos movimientos. La experiencia reciente con el serotipo 8, que golpeó con fuerza a la isla en 2024, está muy presente. La campaña de vacunación obligatoria permitió controlar la enfermedad, pero dejó un recuerdo amargo por las pérdidas económicas, la mortalidad y la agalaxia en numerosos rebaños.
Los síntomas en los animales son claros y alarmantes: se hinchan, la lengua adquiere un tono azulado, pierden fuerza y, en los casos más graves, pueden morir. Estas manifestaciones clínicas, además de la caída en la producción de leche, suponen un golpe directo a la sostenibilidad de las explotaciones ganaderas.
Menorca mira con cautela al vecino occidental
En la isla, las asociaciones agrarias y las explotaciones están a la espera de nuevas instrucciones oficiales. Aunque todavía no se ha declarado ninguna zona afectada en Menorca, la posibilidad de que el virus dé el salto preocupa, sobre todo porque la transmisión se produce a través de la picadura de un mosquito y no se limita por fronteras insulares.
La presidenta de la Federación de Asociaciones de Ganaderos de Menorca (FAGME), Catalina Pons, ha subrayado que el sector permanece pendiente de reuniones para saber si también podrán disponer de vacunas. La dirigente recuerda que el año pasado ya se vivió una situación crítica con el serotipo 8 y que la coordinación con la administración será clave para proteger a la cabaña.
En paralelo, continúa en todas las islas la campaña de vacunación obligatoria contra el serotipo 8. Gracias a ella, se ha alcanzado una inmunidad del 92% en el rebaño ovino y del 91% en el bovino, superando el umbral del 80% que los expertos marcan como protección suficiente. En Menorca, el 100% de las ovejas y el 92% de las vacas ya están vacunadas frente a esta variante.
El temor ahora se centra en que el serotipo 3 pueda replicar la situación de 2024. Los estudios clínicos realizados en distintas comunidades autónomas han demostrado que este tipo de virus presenta mayor virulencia, con consecuencias más graves en morbilidad, mortalidad y producción de leche. Por ello, además de la vacuna, se insiste en la necesidad de aplicar medidas complementarias de limpieza, desinsectación y control de movimientos.
Desde la Conselleria se ha recalcado que esta alerta sanitaria no tiene incidencia sobre la salud pública, ya que se trata de una enfermedad exclusiva de los rumiantes. Sin embargo, el impacto económico y sanitario sobre el sector primario es elevado, y Menorca sigue atenta a las decisiones que se adopten en Mallorca, con la esperanza de que la contención sea rápida y eficaz.
Con el recuerdo de los 21 focos que afectaron a la isla hace apenas un año, la prioridad ahora es mantener la vigilancia y confiar en que la vacuna y las medidas de prevención logren evitar que el virus vuelva a instalarse en el campo menorquín.