¿Qué papel jugaron los radioaficionados en el gran apagón?
José Crespo, camionero y radioaficionado, nos explica cómo funciona la red REMER (Red Nacional de Radio de Emergencia) que fue fundamental para mantener las comunicaciones en pleno apagón eléctrico

José Crespo, radioaficionado de Pontevedra
Pontevedra - Publicado el - Actualizado
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En un mundo cada vez más dependiente de las telecomunicaciones modernas –teléfonos móviles, internet, televisión–, a menudo olvidamos la fragilidad de estas redes ante eventos inesperados como el apagón generalizado que vivió la península este pasado lunes. Sin embargo, existe una comunidad que permanece operativa cuando otras fallan: la de los radioaficionados. Más allá de ser una simple afición, ser radioaficionado implica un compromiso y una preparación específicos, regulados por la administración.
Para operar legalmente en la mayoría de las bandas de radioaficionado, no basta con adquirir el equipo. El principal requisito es superar un examen oficial que convoca la administración central. Este examen evalúa conocimientos técnicos y de legislación, asegurando que quienes operan lo hacen de forma adecuada y segura. Una vez aprobado, se obtiene un indicativo personal, una especie de "nombre en clave" oficial, que identifica a cada estación y operador.
JOSÉ CRESPO, CAMIONERO Y RADIOAFICIONADO
José Crespo, presidente de los radioaficionados de Pontevedra y también camionero, subraya la importancia de esta preparación. "Todo radioaficionado sabe para lo que estamos", afirma, destacando que su afición implica estar "al servicio de la ciudadanía". Esta disposición a colaborar es clave. Los radioaficionados, con sus equipos autónomos , y apoyados por repetidores estratégicos con respaldo energético, tienen una capacidad operativa que otros sistemas no siempre tienen.
La colaboración con servicios básicos como la policía, la Guardia Civil o Protección Civil es fundamental. De hecho, existe una estructura oficial, la Red Nacional de Radio de Emergencia (REMER), dependiente de la Dirección General de Protección Civil y Emergencias, en la que se integran radioaficionados acreditados como colaboradores voluntarios permanentes. Su función es ser un sistema de comunicaciones alternativo y complementario en emergencias. Aunque José Crespo no pertenece formalmente a REMER, explica que la colaboración se extiende a todos los radioaficionados. "Ayer" –relata–, "el coordinador de la REMER hizo una llamada por el repetidor nuestro de aquí de Pontevedra solicitando colaboración y, automáticamente, ya se presentó alguna gente".

Radioaficionados red REMER en la subdelegación de Pontevedra
La comunicación de los radioaficionados no tiene límites geográficos, pudiendo contactar con el otro lado del mundo gracias a diferentes frecuencias y la propagación. En cuanto al coste, José Crespo comenta que hoy en día el equipo puede ser "bastante barato", incluso un walkie-talkie básico por 30-50 €, aunque insiste en que se necesita la licencia para utilizarlo fuera de la banda ciudadana (la banda de 27 MHz, que sí es de uso libre pero tiene limitaciones).
En definitiva, ser radioaficionado es embarcarse en una afición técnica y apasionante que, gracias a la formación reglada y la disposición al servicio, se convierte en un pilar fundamental en la comunicación de emergencias, demostrando su valor cuando las tecnologías cotidianas fallan.