Termina el juicio por la muerte de Cristina Cabo en Lugo: el acusado mantiene su versión de los hechos y la Fiscalía la petición de pena
El ministerio público considera que ha quedado probado en la vista oral que José Uriel Valencia mató a la víctima con "alevosía" y "ensañamiento", además de robarle su ordenador y su bicicleta con "violencia e intimidación"

José Uriel Valencia fue el último en prestar declaración antes de las conclusiones de las partes
Lugo - Publicado el - Actualizado
5 min lectura
El autor confeso de la muerte de Cristina Cabo, José Uriel Valencia -de nacionalidad colombiana y 35 años de edad- prestó declaración este jueves y, en esencia, mantuvo su versión de los hechos, al asegurar que la víctima lo había atacado con un cuchillo y llegó que a sentir "miedo" por su "vida", mientras que el ministerio fiscal sostiene la petición de pena para él, 30 años de cárcel, al entender que la asesinó con "alevosía" y "ensañamiento".
Tras el testimonio de José Uriel Valencia, que se acogió a su derecho de ser el último en prestar declaración en la vista oral y solo aceptó responder a preguntas de su abogada, y las conclusiones de las partes -Fiscalía, acusación particular y defensa-, el jurado se retiró a deliberar para emitir un veredicto, que será de asesinato o de homicidio.
En su declaración, el acusado contó que se encontró con Cristina Cabo cerca del amanecer -el 27 de noviembre de 2022-, después de haber estado toda la noche de fiesta. "Cruzamos unas palabras, empatizamos", dijo el acusado, y como "hacía frío" ella le propuso que fuesen a su casa.
También le prometió, siempre según su testimonio, que le daría "cuatrocientos euros" si se iba con "ella".
Después de estar "juntos" en su casa, supuestamente le dijo que no se "sentía bien" porque tenía "pareja", algo que negaron en el juicio los testigos y la representante de la acusación particular, la letrada Fernanda López, quien dijo que el acusado se lo inventó para tratar de justificar la discusión que desencadenó en el fatal desenlace.
El acusado dijo que sintió "miedo" por su "vida"
En un momento dado, según su testimonio, volvió a la habitación, y le recordó: "Me dijiste que me ibas a dar a algo". Aseguró que se lo dijo de "una forma muy sutil", pero ella le dijo: "Vete de mi piso, maricón. Eres un maricón de mierda".
Después, según su relato, ella "salió de la cocina" con un "cuchillo" y se abalanzó sobre él, por lo que llegó a sentir "miedo" por su vida.
"Trato de calmarla, pero en ese momento empieza a gritar y tengo miedo. Miedo de la Policía, yo no soy de este país", afirmó.
"No había forma de calmarla", añadió, por lo que ambos forcejearon y ella cayó al suelo. "Me seguía diciendo: "Eres un maricón de mierda, no eres capaz de matarme", y empezó a tirarme cosas", pero "en aquel momento yo ya tengo el cuchillo, tengo el arma en la mano".
"Lo seguía diciendo, lo seguía diciendo: "Eres un maricón de mierda" y "todo pasó muy rápido, diez o quince segundos", afirmó.
El acusado negó que hubiese merodeado por la casa para robar, sino que cogió la bicicleta de la víctima porque estaba "lejos de casa" y "todo ensangrentado", y "no podía andar medio Lugo lleno de sangre".
En cuanto a su ordenador, confesó que simplemente lo cogió porque estaba por donde "él pasaba", pero en ningún momento fue "a por él".

José Uriel con su abogada en el juicio
la fiscalía sostiene que la mató con "alevosía" y "ensañamiento"
La declaración del acusado dio paso a las conclusiones de las partes, que comenzaron por el ministerio fiscal, cuya representante hizo un relato de los hechos sensiblemente diferente al del autor confeso del crimen, dado que sostuvo que mató a la víctima con "alevosía" y "ensañamiento", por lo que mantiene la petición de pena para él, en total 30 años de cárcel.
De hecho, al comienzo de su exposición la fiscal encargada del caso dijo que "las pruebas" que se fueron practicando en el acto de juicio han ido "encajando" como las "piezas de un puzle" en la versión que el ministerio público le dio al jurado al inicio de la vista oral.
"Nadie discute que el acusado mató a Cristina", recordó, pero lo que se juzga en esta vista es "la forma" en la que lo hizo.
En ese sentido, dijo que "el acusado mató a Cristina provocándole un sufrimiento innecesario para causarle la muerte".
Recordó que le propinó 47 puñaladas, que le provocaron 29 heridas.
"El acusado se lo tomó con tiempo, la víctima estaba viva cuando recibió esas heridas. Tardo más de una hora en morir", recordó.
"Tuvo la intención no solo de causarle la muerte, sino de causarle un sufrimiento que no era necesario para morir", añadió.
Además, "estuvo en la casa tiempo después, mientras Cristina se desangraba. No tuvo ninguna preocupación por lo que iba a pasarle" a la víctima.
"La mató con ensañamiento", zanjó.
Además, "aprovechó la circunstancia de que no tenía posibilidad de defenderse de ese ataque. Fue un ataque brutal", remarcó, porque él "no presentaba ni un rasguño" y ella recibió 47 puñaladas.
En cuanto al cuchillo, afirmó que, con las pruebas practicas, no existe "la certeza de que lo hubiese cogido ella".
Algo que también defendió la letrada de la acusación particular, quien insistió en sus conclusiones en que Cristina era "pacífica" y en que no hay "ninguna prueba" en la causa que acredite que ella cogiese un cuchillo para amenazarlo.

La letrada Fernanda López ejerció la acusación particular en el juicio contra José Uriel Valencia
Por otra parte, el acusado, recordó la fiscal, era mucho más fuerte que ella, "hicieron falta cinco policías para reducirlo en un pasillo estrecho", y la víctima tenía "los reflejos y las facultades de atención" disminuidas después de la noche de fiesta, por lo que "no tenía posibilidad de defensa".
Según su criterio, "la mató con alevosía".
Además, lo considera culpable de un delito de robo con violencia e intimidación, porque "una vez que la mató, estuvo merodeando por la casa" y acabó llevándose la bicicleta y el ordenador de la víctima.
ACUSACIÓN Y FISCALÍA no estimaN atenuantes
Según su criterio, no existe la atenuante de "trastorno mental transitorio" y el acusado "no padece ningún tipo de enfermedad psiquiátrica", como quedó acreditado por las forenses que declararon en el juicio.
Fernanda López recordó que las psicólogas declararon en la vista que incluso llegó "a manipular los informes psicológicos para hacer ver que tenía una enfermedad mental que realmente no padece, lo que significa que este señor estaba en plenas facultades en el momento de los hechos, y además se demostró con todo lo que hizo, antes y después, de eso no cabe ninguna duda".
"Se puede demostrar que la víctima estaba indefensa, se puede demostrar el ensañamiento, con 47 heridas de arma blanca, no creo que quede mucha duda", añadió la letrada.

José Uriel Valencia a su llegada a la Audiencia Provincial de Lugo
La representante del ministerio público tampoco consideró la "confesión" una atenuante, porque relató "su versión de los hechos, la que cree que lo beneficia, para protegerse, cuando ya está detenido".
Por su parte, la letrada que ejerció la defensa, Pilar Baños, mantuvo su tesis al considerar que los hechos juzgados no fueron un asesinato, sino un homicidio.
Dijo a los medios de comunicación que "estamos ante un hecho trágico", pero "no todo hecho trágico es un asesinato ni toda brutalidad es un ensañamiento".