Una vecina de A Coruña recuperará mañana su casa tras 5 años de lucha contra su inquiokupa: "No volveré a alquilar nunca más"
Pilar asegura que vive estas horas previas al lanzamiento judicial con una "angustia tremenda. Es algo que no le deseo a nadie". Su inquiokupa ha acumulado una deuda en este tiempo de unos 30.000 euros.

Coruña - Publicado el
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El infierno de Pilar tiene las horas contadas. Mañana, a las diez de la mañana, está previsto que su inquiokupa sea desalojada después de que esta vecina de A Coruña consiguiese ganar el juicio en el que demostró, junto con su abogado Xaime da Pena, que su inquilina era vulnerable porque quería porque se le había ofrecido dinero y soluciones habitacionales por parte de los servicios y entidades sociales.
Unas horas previas a ese lanzamiento judicial, que Pilar está viviendo con "angustia". "No me lo creo. Es algo que me parece un sueño. Me parece que no va a poder ser realidad, que no es realidad, que lo estoy soñando. Y esto me provoca bastante ansiedad y bastante trastorno mental. Una angustia tremenda. Es algo que no le deseo a nadie y que creo que nadie debería de pasar por una situación así", dice con la voz entrecortada.
desahucio
Pilar cree que su inquiokupa "va a estar" mañana. "Yo creo que va a estar allí porque ella lo que quiere es fastidiarme más todavía si cabe", indica. Lo más duro: no sabe en qué estado encontrará su vivienda. A pesar de sus dudas, cree que el piso va a estar en unas "condiciones aceptables por su bien", afirma, porque si no, le advierte, podría enfrentarse a otra denuncia penal. Ya arrastra una por extorsión, por haberle pedido 10.000 euros para irse de su piso.

El abogado, Xaime da Pena y la propietaria de la vivienda, Pilar
HISTORIA DE UNA PESADILLA
Pilar ha librado durante cinco largos años una batalla judicial y emocional contra una inquiokupa que se quedó en su vivienda aprovechando los vacíos legales amparados por el Real Decreto 11/2020, dictado por el gobierno en plena pandemia y que impide el desahucio de personas vulnerables. Pilar describe todos estos años como un infierno: su inquilina dejó de pagar el alquiler, acumuló más de 23.000 euros en deudas por el impago del alquiler, consumió suministros a su nombre por los que su pensión fue embargada y, aún así, se escudó bajo la supuesta "vulnerabilidad" para evitar el desalojo.
Pilar calcula que la deuda total supera los 30.000 euros, y aunque no espera recuperarlos, asegura que ella y su abogado "la vamos a perseguir judicialmente para reclamarle la deuda acumulada. Yo opino que esto no se puede dejar sin más. Porque hoy me lo hace a mí y mañana se lo hace a otra persona". Si en algún momento, señala, trabajase, "se le va a embargar la parte correspondiente".
Pilar asegura que "jamás" pensó que en el 2025, cinco años después, todavía estaría en esta situación. "Nunca pensé que esto fuera a durar tanto", añade.
SENTENCIA PIONERA
Su caso se ha convertido en la primera sentencia firme de este tipo en España, y podría marcar un antes y un después. "Se ha abierto como una puerta gracias a esta sentencia. Yo creo que los demás propietarios también deben ir por ahí y creo que los jueces, ahora, también están empezando a ver que estos vulnerables, muchas veces, son falsos vulnerables", afirma Pilar. Fundó, además, junto a otros, la primera asociación de propietarios de viviendas contra la inseguridad jurídica (APROVIJ).

Pilar Peal y su abogado Xaime da Pena en los juzgados de A Coruña
¿Volverá a alquilar?
¿Volvería a alquilar? "Nunca. Jamás", responde tajante. "Yo no volveré a alquilar nunca más. Ya no puedo volver a pasar por esto, porque esto a mí me costó muchas noches sin dormir, mucha medicación que tomé y mucho dinero, mucho dolor de cabeza. Esto es muy fuerte y muy grave. Yo temo mañana el momento en que entre en ese piso, después de siete años que no pude acceder a mi casa. Me da miedo de verdad", subraya.
Lamenta que situaciones como la suya estén perjudicando a "inquilinos honrados, que pagan su alquiler cada mes" y que se encuentran, como consecuencia, con poca oferta en el mercado inmobiliario y las viviendas que hay están muy caras. Esto, concluye, es a lo que está llevando "esta gente que se cree por encima del bien y del mal y que el gobierno las está apoyando".
Mañana, tras siete años sin poner un pie en su casa, Pilar por fin cruzará su puerta. Será el fin de una pesadilla.