Un curioso parentesco en una esquela de A Coruña desata una oleada de comentarios en redes sociales: "Las flores que le habrá mandado"
La familia de una mujer fallecida incluye a su "bisnieto-gato Bitelchús" en el recordatorio familiar, un gesto que ha desatado una oleada de comentarios en las redes sociales

Esquela con el bisnieto-gato Bitelchús en A Coruña
Coruña - Publicado el
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Las esquelas en Galicia a menudo se convierten en un género literario propio por su originalidad. Si hemos tenido epitafios curiosos, apelativos Un nuevo ejemplo ha surgido en A Coruña con la despedida a María Teresa, una anciana fallecida este martes en la ciudad. La familia ha incluido en la esquela, publicada en el diario La Voz de Galicia, a sus hijos, su nieto y, para sorpresa de muchos, a su "bisnieto-gato", llamado Bitelchús.
Reacciones en redes sociales
Esta curiosa relación familiar ha sido objeto de numerosos comentarios en las redes sociales poco después de que la esquela se hiciera pública. El gesto de incluir al felino en la lista de dolientes no ha pasado desapercibido y ha generado una oleada de reacciones entre los usuarios de plataformas como X.
Lo que estará llorando ese gato"
Entre los comentarios, muchos han tirado de humor para imaginar la situación. Algunos se han preguntado por el duelo del animal: "Lo que estará llorando ese gato" o por los detalles del funeral, como "las flores que le habrá mandado".

Cementerio de San Amaro en A Coruña
Otros incluso han bromeado con la posibilidad de que toda la familia estuviera compuesta por felinos, planteando si "el nieto de la anciana era también un gato" o que " igual Emilio también es un gato". Y es que, como dice otro comentario, "no olvidemos que en la provincia de Coruña tienes a familias enteras con nombres como Chichita, Tente, Cuco, Pampe, Toti, Tito y el perro se llama Juan Manuel. Y hay quien se fija en el orden de colocación de los parientes para concluir que "parece que le hizo más feliz el gato que su propia hermana".
Otras esquelas virales en Galicia
Este tipo de necrológicas con mensajes singulares no son una novedad en la comunidad. En 2021, trascendió el caso de Manolo Pita, un vecino de Pontedeume (A Coruña) que utilizó su propia esquela para despedirse de sus amigos con una nota de humor.
"Ayer me fui de aquí, llevo 69 años vividos, llevo 60 fumando y haciendo lo que quise. ¡Es lo que hay!". "¡Me llamaron y me tuve que ir!", decía esta curiosa esquela que instaba a sus amigos y "toda la gente que me quiere" que "no vengáis a decirme adiós a ningún sitio, pues para evitar contagio ya me fui directamente para arriba", en alusión a las restricciones por la pandemia de COVID-19. Sin embargo, aseguraba que podrían mandar "un mensaje de despedida al WhatApp de mi móvil". También hacía alusión a la manera con la que se dirigía a la gente, “Fiú, Fiú”.

En otra ocasión, la esquela de un nonagenario de Vigo se viralizó por el aviso que su familia dedicó a parte de sus parientes. En el texto se pedía explícitamente a "hermanos y familia que no se han preocupado en todos estos años que no se molesten en venir", una advertencia directa que dejaba entrever la voluntad del difunto y su círculo más cercano de evitar presencias indeseadas en el velatorio.
El ingenio gallego en los recordatorios fúnebres ha dejado otros ejemplos memorables, como la del cantero de Redondela cuya familia animaba a los suyos a "cogerse una borrachera a su nombre" con la promesa de que él mismo "ya irá a pagarla". O la de un hombre de Beade, en Ourense, a quien sus amigos despidieron con un epitafio que, según ellos, resumía su afecto: "Si nunca te mandó a tomar por el culo es que no te quería", al tiempo su incansable lucha en vida. "Toda su vida peleó, bien contra el cáncer, bien por sus derechos y los derechos de los demás", destacaba el epitafio.
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