La singular historia de la corona gigante que luce en la fachada del único hotel cinco estrellas Gran Lujo de Málaga: “Devolverle lo que era suyo”

Málaga cuenta con 662 hoteles repartidos por toda la provincia. Por categorías, lideran el ranking los de cuatro estrellas, que suponen un 35 por ciento del total de la planta hotelera. En el último lugar de esta lista encontramos los establecimientos de categoría cinco estrellas Gran Lujo. A día de hoy, y según los últimos datos de Turismo Costa del Sol, hay once hoteles de este tipo en nuestra provincia. Uno de ellos se encuentra en Málaga capital. Es el Gran Hotel Miramar.   

Hoy hablamos de este buque insignia que, hace ya casi un siglo, marcó el camino para que Málaga se convirtiera en el referente turístico de calidad que es hoy día.

INAuGURADO POR ALFONSO XXIII  

 Para encontrar el origen del Gran Hotel Miramar, retrocedemos a 10 de febrero de 1926. Ese año abría sus puertas un hotel diseñado y construido por el arquitecto malagueño Fernando Guerrero Strachan. El edificio, con un estilo inspirado en el hotel Ritz de Madrid, fue abierto bajo el nombre de 'Príncipe de Asturias', y fue inaugurado por el rey Alfonso XIII. Su esposa, la reina Victoria Eugenia, fue una gran clienta y pasaba largas temporadas en el hotel. Para su estancia reservaba un ala completa.   

Pasaron los años y, con la llegada de la Segunda República y la posterior Guerra Civil en 1936, se producirían cambios en el nombre y en el uso del hotel: “Se bautiza como hotel Miramar y es el nombre que se mantiene hasta nuestros días. En 1936 y hasta la evacuación de la población por la entrada de las tropas nacionales en la ciudad, estuvo usándose como hospital de sangre. Fue a partir del año 1939 cuando recuperó la función hotelera y la mantendría hasta 1967, cuando cierra sus puertas.”

El historiador, Salvador Jiménez, nos cuenta que, tras la Guerra Civil, en 1939, el Hotel Miramar recuperó su uso hotelero. En sus habitaciones se alojaron personajes como Hemingway, Ava Gardner y, entre otros, Orson Welles.

En 1967, el hotel Miramar cerró sus puertas y permaneció abandonado hasta 1987, cuando pasó a acoger la sede de la Audiencia Provincial. En 2007, vuelve a quedar si uso y, a partir de ese momento, se pone en marcha la maquinaria para convertirlo en el hotel gran lujo que es hoy día.

CONCURSO DE ADJUDICACIÓN  

Todo comienza cuando el presidente de la cadena hotelera Santos, visita el despacho del arquitecto malagueño, José Seguí: “Aparece un día en mi estudio, José Luis Santos. No nos conocíamos y me propone acudir juntos al concurso que la Junta de Andalucía iba a sacar. Si salía el proyecto nos encargaríamos de él y si no, pues tan amigos”. 

Fue un concurso muy reñido y con una condición muy concreta: el ganador, no solo tenía que construir un hotel de cinco estrellas, también debía mantenerlo y gestionarlo durante un mínimo de veinte años: “Me pareció importante porque impedía que grupos de inversión de otro tipo pudieran concurrir a este proyecto tan importante. Solo acudieron cadenas hoteleras”, señala Seguí.

LUZ VERDE  

El tándem entre la cadena Santos y el arquitecto José Seguí, gana el concurso para devolver el esplendor al Gran Hotel Miramar. Un proyecto complicado que arrancaría a finales de 2014: “El edificio estaba completamente destrozado”, asegura el arquitecto.    

El proyecto de rehabilitación era ambicioso y abarcaba el exterior y el salón interior, uno de los elementos más singulares. Pero el mayor reto del proyecto, estaba bajo tierra: “Hubo que vaciar la zona de la piscina. Todo lo que se ve desde el hotel, mirando desde la piscina, es el aparcamiento que va debajo. Fue una obra importante porque teníamos el mar enfrente”.

MANOS A LA OBRA  

El arquitecto José Seguí, diseñó y dirigió un proyecto que se encargó de ejecutar Grupo ORP.  Según nos cuenta su socio fundador, Antonio Rodríguez, la actuación se dividió en dos fases. Primero, la demolición; que duró unos cuatro meses y se hizo teniendo en cuenta que se trata de un edificio singular: “Es un edificio catalogado como Bien de Interés Cultural y todo había que hacerlo con el visto bueno de la Delegación de Cultura. Lo que se hizo es una primera demolición para ver el estado de la estructura”.   

Una vez demolido todo lo que no era original en el edificio, comenzó un trabajo que requirió mano de obra artesana: “Lleva mucho mármol y mucha yesería. Es un tema muy complejo porque necesita artesanos. La restauración de las vidrieras también fue un trabajo muy complejo”.

Entre todo los elementos que se encuentran en el Gran Hotel Miramar, hay uno que es especial para todos los implicados en el proyecto de rehabilitación: se trata de una corona: “Se restituyó la corona monárquica que se quitó durante la guerra civil. La pieza se hizo nueva y está instalada. Fue un tema complejo. Se hizo de latón y acero inoxidable. Se puede ver en la parte norte, en la fachada principal”.

HOTEL DE REFERENCIA EN LA COSTA DEL SOL    

 La suma de pequeños detalles, un proyecto ilusionante, el buen hacer de unos doscientos profesionales de la arquitectura y la construcción, y el impulso de un grupo hotelero, hicieron posible que, casi tres años después de que comenzaran las obras, el Gran Hotel Miramar, abriera de nuevo sus puertas con doscientas habitaciones.   

El hotel se inauguró oficialmente en noviembre de 2017 y, desde entonces, Málaga capital cuenta con el que, a día de hoy, sigue siendo su único hotel cinco estrellas Gran Lujo.

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