Récord histórico de temperatura en el mar: "Todo apunta a que tendremos otro verano duro, con temperaturas muy altas"
El experto Jorge Olcina asegura que otra de las consecuencias más visibles es el aumento de las noches tropicales

El agua aumenta la temperatura de forma considerable en las costas de la Comunitat Valenciana
Valencia - Publicado el - Actualizado
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El Mediterráneo se ha adelantado al verano y lo ha hecho con fuerza. Una boya de Puertos del Estado situada frente a la costa valenciana ha registrado esta semana pasada una temperatura del agua de 25 grados, un valor sin precedentes para estas fechas. Según los registros, este dato se ha alcanzado tres semanas antes que el año pasado y supone el récord más alto desde 1940. Así lo ha explicado Jorge Olcina, director del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante, en Herrera en COPE Comunidad Valenciana.
"Cada año el mar se calienta antes y se mantiene durante muchas más semanas con temperaturas muy elevadas", advierte Olcina, quien subraya que esta tendencia responde al proceso global de calentamiento climático. La acumulación de calor en el mar Mediterráneo tiene consecuencias directas sobre el clima de la Comunidad Valenciana: fenómenos meteorológicos más intensos, más humedad, noches tropicales y cambios en el equilibrio ecológico marino.
"Este calor acumulado añade energía a la atmósfera y potencia fenómenos de inestabilidad. Las lluvias intensas y las tormentas violentas ya no son solo cosa del otoño. Pueden darse en cualquier momento del año", alerta el climatólogo. Aunque tradicionalmente se asociaban estos episodios a las danas de septiembre y octubre, “una tormenta de 100 litros por metro cuadrado puede descargarse ahora en pleno mes de junio”, señala.
Otra de las consecuencias más visibles —y sufridas— es el aumento de las noches tropicales. “Hablamos de temperaturas nocturnas por encima de 20 grados que antes eran excepcionales y ahora se han multiplicado por cuatro o por cinco desde los años 80”, explica Olcina. Estas noches de calor continuo afectan a las personas con enfermedades respiratorias o cardiovasculares, y convierten el descanso en una odisea para muchos.
El aumento de temperatura también influye en la dinámica costera. “Las brisas ya no refrescan como antes. La circulación se debilita por la falta de diferencia térmica entre el mar y la tierra, y eso hace que el aire cálido y húmedo se quede atrapado en la costa”, describe. El resultado: más bochorno, más sudor y menos alivio incluso en las horas nocturnas.
El impacto se extiende también al ecosistema marino. “Se están detectando especies tropicales que antes no llegaban a nuestras costas. Ahora encuentran condiciones térmicas ideales para instalarse, lo que altera el equilibrio ecológico y puede afectar a la pesca local”, asegura Olcina. No se trata de una novedad reciente, sino de una tendencia que se viene observando desde inicios del siglo XXI, cuando el proceso de calentamiento comenzó a acelerarse.
Y lo peor, según el experto, es que no parece que vaya a cambiar. “Todo apunta a que tendremos otro verano duro, con temperaturas muy altas. Lo raro será tener un verano fresco”, concluye.