La historia de superación para afrontar la EBAU tras la Dana de tres jóvenes valencianas
A un menos de un mes de las pruebas de acceso a la universidad, los jóvenes valencianos de la Dana afrontan este momento crucial con mucho miedo y mucha incertidumbre

Jóvenes valencianas tras la Dana ahora les toca afrontar la EBAU
Valencia - Publicado el
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En plena cuenta atrás hacia la prueba de acceso a la universidad, lo que antes conocíamos como selectividad y ahora es la PAU o EVAU, dependiendo de la Comunidad Autónoma, miles de jóvenes se enfrentan al reto de demostrar en unas pocas horas todo lo aprendido durante el bachillerato.
Esta situación ya es, de por si estresante para los jóvenes que en su mayoría todavía no han llegado ni a la mayoría de edad, pero si encima le añades el haber vivido desde hace siete meses un auténtico infierno es mucho más complicada. Esto mismo es lo que viven los jóvenes que se han quedado sin instituto a causa de la Dana que asoló gran parte de la provincia de Valencia el pasado 29 de octubre.
Profesores perdieron familiares y era díficil
Alumna de Massanassa
Picanya, Paiporta, Catarroja o Massanassa son algunos de los municipios que todavía tienen sus institutos cerrados y sus alumnos continúan albergados en otros centros de otras localidades. Yanela, Paula o Lucía son tres ejemplos de cómo estos jóvenes afrontan un reto crucial en su vida.
Un curso académico marcado por la catástrofe
La Dana azotó su día a día el 29 de octubre, justo al inicio del curso. Las consecuencias fueron demoledoras; calles anegadas, casas dañadas y sus centros educativos inutilizados durante semanas. Los jóvenes tuvieron que trasladarse a otros institutos, alterando por completo su rutina escolar y eso que ellas tuvieron “mucha suerte, nos quedamos en el mismo instituto después de la DANA porque nuestro instituto tiene una plataforma que lo eleva un poco y no traga tanta agua”.
A pesar de ello, las condiciones y el día a día no fue el mismo, ni mucho menos. “Las instalaciones, sobre todo de la planta baja, están bastante deterioradas. Al principio de entrar al instituto íbamos con botas de agua y nos teníamos que cambiar en la entrada para poder entrar y no ensuciarlo”.

Un flotador de niño sobre en barro de una calle de Paiporta, este lunes. Una decena de centros educativos de municipios de la zona cero de la dana que asoló Valencia hace veinte días reinician sus clases en otro paso del lento camino hacia una cierta normalidad para las familias afectadas, mientras empresas y trabajadores reciben asesoramiento público para afrontar las consecuencias laborales de una tragedia que deja ya 219 víctimas mortales y 13 desaparecidos. EFE/Biel Aliño
Una preparación para la EVAU a contrarreloj
A las dificultades logísticas se sumó un calendario académico alterado. Las alumnas admiten no haber podido terminar a tiempo toda la materia prevista. “Hemos acabado el curso y aún continuamos dando clases, son conocimientos importantes para la prueba, que no habíamos podido ver antes”.
La sensación general entre ellas es de cierta inseguridad ante un examen tan decisivo tal y como afirman en Mediodía COPE Más Valencia, “estamos un poco nerviosas porque sentimos que no vamos del todo preparadas para las pruebas PAU”, confiesa Lucía, que pese a ello asegura que “intentaremos hacerlo lo mejor posible y entrar a la carrera que nos gustaría”.

Varios jóvenes trabajan para despejar una calle de Paiporta
Lucía sueña con estudiar Bioquímica o Biotecnología, dos grados exigentes en cuanto a nota de acceso. Paula aspira a cursar el doble grado de Derecho y Ciencias Políticas, y Yanela desea estudiar Magisterio de Primaria.
PROBLEMAS PARA CENTRARSE ANTE LA EBAU
La catástrofe no solo afectó a sus estudios, también a la vida familiar de muchos jóvenes, Lucía por ejemplo, explica cómo su madre perdió su negocio o el padre de Yanela también y eso afectó mucho “al ambiente en casa”.
El golpe económico ha sido devastador para muchas familias, pero más lo han sido las pérdidas humanas, “había profesores que perdieron familiares, y era difícil el ambiente. Era de tristeza y desolación porque al final es una catástrofe que nadie esperaba”.

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En ese contexto, el apoyo entre compañeras ha sido vital, “a mí la Dana me afectó mucho y al final lo único que teníamos éramos nosotras e intentar ayudarnos”, dice Lucía.
EBAU: MIEDO PERO TAMBIÉN ESPERANZA
A pesar de todo, las tres jóvenes no han perdido la ilusión. Paula lo resume como mucha madurez en los micrófonos de COPE. “Tenemos que intentar tirar hacia adelante y no quedarnos estancados en lo que pasó. Si no, nos deprimiríamos todos. Tenemos que volver a construir lo que era nuestra vida”.
Lucía se mantiene esperanzada aunque busca “alternativas a otras ciudades o, si no, meterme directamente en un grado superior” y Paula por su parte ya casi descarta el doble grado, “yo no creo que entre, pero con el esfuerzo que hemos dedicado entraremos al menos en alguna de nuestras primeras opciones”.