Una conmemoración por decantación

¿Por qué la Diada de Cataluña es el 11 de septiembre? El sorprendente origen de una elección “espontánea”

La elección de la fecha, lejos de ser una decisión premeditada, surgió de una misa por los caídos en 1714 que evolucionó hasta convertirse en el símbolo del catalanismo.

Imagen de la Diada 2025
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¿Por qué se escogió el 11 de septiembre como Diada de Cataluña?: "Fué una elección bastante espontánea". Lo explica en Herrera en COPE Cataluña, Àngel Cases, professor d'història contemporanea de la UB

José Miguel Cruz

Barcelona - Publicado el

3 min lectura

Cada 11 de septiembre, Cataluña conmemora su Día Nacional, la Diada. Para muchos, la elección de esta fecha parece evidente, ligada a la caída de Barcelona en 1714 durante la Guerra de Sucesión. Sin embargo, su origen como jornada de reivindicación y, finalmente, como fiesta oficial, es mucho más complejo y “bastante espontáneo”. No fue una decisión tomada en un despacho, sino un sentimiento que fue creciendo y consolidándose a lo largo de las décadas, superando divisiones políticas y prohibiciones hasta convertirse en el símbolo que es hoy.

“Fue una elección bastante espontánea, o si queremos, una elección por decantación”.

La estatua de Casanova: el punto de inflexión

Para entender por qué se eligió esta fecha, hay que viajar al siglo XIX. Tras un siglo XVIII en el que el recuerdo de la Guerra de Sucesión era demasiado reciente y doloroso, la llegada de la Renaixença y el primer catalanismo político despertó la necesidad de encontrar una fecha simbólica. El primer paso no fue celebrar una fiesta, sino honrar a los muertos

Senyera ondeando en las ruinas de un antiguo castillo

Senyera ondeando en las ruinas de un antiguo castillo

En 1886, un grupo de catalanistas conservadores organizó una misa de difuntos en memoria de los caídos el 11 de septiembre, un acto de carácter católico y tradicional que provocó el rechazo de los sectores republicanos y más progresistas.

El verdadero cambio llegó en 1888. Con motivo de la Exposición Universal de Barcelona, se inauguró la estatua en honor a Rafael Casanova. Fue entonces cuando los organizadores de aquellas misas decidieron terminar el acto religioso con una procesión para realizar una ofrenda floral a los pies del monumento. Ese gesto, aparentemente sencillo, fue “el origen de todo”.

“No es que alguien dijera ‘esto será la diada nacional’, sino que simplemente era una conmemoración por los difuntos”.

No era una proclamación de la Diada, sino un homenaje a los defensores de Barcelona, simbolizados en la figura de Casanova. Con el tiempo, más y más entidades empezaron a sumarse a estas ofrendas florales, convirtiendo el acto en una tradición.

Los sectores más radicales y republicanos, que veían el homenaje a Casanova como un acto vinculado al catalanismo conservador, comenzaron a organizar sus propias concentraciones en el Fossar de les Moreres desde 1890.

Los sectores más radicales y republicanos, que veían el homenaje a Casanova como un acto vinculado al catalanismo conservador, comenzaron a organizar sus propias concentraciones en el Fossar de les Moreres desde 1890.

Conflictos, prohibiciones y oficialización

Al mismo tiempo, surgieron celebraciones paralelas. Los sectores más radicales y republicanos, que veían el homenaje a Casanova como un acto vinculado al catalanismo conservador, comenzaron a organizar sus propias concentraciones en el Fossar de les Moreres desde 1890. La creciente popularidad de la fecha generó tensiones: a partir de 1901, grupos lerrouxistas intentaron boicotear los actos, y desde 1905, el gobierno comenzó a detener a participantes, considerando las concentraciones una “traición a la patria”.

La dictadura de Primo de Rivera (1923) prohibió cualquier acto relacionado con el 11 de septiembre. Sin embargo, para entonces, la semilla ya se había extendido y “el catalanismo sí que había hecho de esto una diada de movilización”. La oficialización llegó con la Segunda República, cuando la Generalitat de Cataluña, en 1931, la escogió como Diada Nacional. Tras la Guerra Civil, el franquismo volvió a prohibirla.

No fue hasta 1976, en plena Transición, cuando se volvió a celebrar. El gobernador civil de Barcelona permitió el acto con la condición de que no fuera en la capital, por lo que la primera gran celebración moderna tuvo lugar en Sant Boi de Llobregat, donde está enterrado Rafael Casanova.

Fachada de la casa Batlló en Sant Jordi

Fachada de la casa Batlló en Sant Jordi

¿Y por qué no Sant Jordi?

Aunque la fecha del 11 de septiembre ya estaba consolidada popularmente, en el momento de su oficialización existían otras alternativas, como el 23 de abril, día de Sant Jordi. Sin embargo, aunque la Generalitat ya organizaba actos por Sant Jordi desde el siglo XV, esta fecha no tenía el carácter reivindicativo que el catalanismo buscaba. Al igual que otras naciones europeas, que eligen fechas de revoluciones o unificación, se buscaba un hito ligado a la construcción de la identidad nacional, no una fiesta patronal.

Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.

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