Barcelona colapsa: ya se recomienda no viajar a este destino
El popular destino de masas parece haber llegado a su tope y algunas agencias y empresas recomiendan elegir otros destinos para disfrutar de unas vacaciones no-saturadas

Turistas a las puertas de la Casa Batlló
Barcelona - Publicado el
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Desde hace años Barcelona es y ha sido uno de los destino favoritos del globo terráqueo. Un destino que nunca pasaba desapercibido entre los millones de turistas que cada año buscaban un lugar tranquilo, pero divertido, soleado y bañado y con buena comida y clima incluido. De entre todos Barcelona reunía prácticamente todas esas características y por eso muchos, muchísimos turistas se veían atraídos hacia la ciudad condal.
Este año, sin embargo, los índices de popularidad y preferencia de la ciudad condal parecen haber llegado niveles estratosféricos. De hecho, TimesOut ya no recomienda viajar a Barcelona y lo coloca en segunda posición como destino a preferir evitar tan solo por debajo de Bali, Indonesia.
LA CIUDAD MÁS TURIFICADA
A dia de hoy Barcelona es la ciudad más turificada del mundo. Un estudio realizado por Nomad eSIM la coloca en en primerísima posición y advierte que la ciudad recibe más turistas anuales que Brasil y Australia juntos. Solo Barcelona acoge el 20% del turismo total de España.
Unas cifras que lejos de parecer inofensivas deja a unos 201.700 turistas por kilómetro cuadrado en la ciudad: unos 916 turistas por cada 100 residentes. Una densidad turística que supera a la de cualquier otra ciudad del mundo.

Turistas haciendo cola para entrar a la Sagrada Familia
A pesar de los posibles beneficios que esto pueden conllevar, sobre todo en el área económica, la gran ola turística está arrasando Barcelona y no de forma positiva. Un colapso que los vecinos tachan de “insostenible” e “irresponsable” y que culpan de ser el responsable de los cierres de comercios tradicionales, de los precios imposibles de las viviendas y de la reconversión de los barrios hacia las preferencias turísticas. La limpieza y la seguridad son también dos temas que molestan y preocupan mucho a los vecinos.
El pasado mes de julio alrededor de 600 personas salieron a protestar contra el turismo de Barcelona. Bajo el lema de “el turismo nos roba” o “un turista más, un vecino menos”, la miríada de personas recorrió la ciudad en busca de una solución para un problema “que no para de crecer”. En su discurso no falto la crítica hacia la ampliación del aeropuerto de Barcelona-El Prat, una puerta, según afirman algunos, para que entre más turistas.
LOS VECINOS ESTÁN HARTOS
Los vecinos hacen un llamado a la cordura y a establecer medidas para que este sobrecrecimiento turístico no afecte a la vida local de la ciudad.
Paseando por la ciudad, no es extraño ver pancartas y carteles que piden y hasta exigen que los turistas vuelvan a casa.
No hace falta ir muy lejos para ver como en muchas partes los turistas se han apoderado de la ciudad. Una Sagrada Familia atestada, un Mercado de la Boqueria colapsado y una Casa Batlló donde centenares de turistas saturan puertas y salidas del tren y del metro.

Grupo de turistas japoneses observan la Casa Batlló a las puertas del tren
Los vecinos se encuentran hartos, pero mientras tantos, muchísimos turistas siguen disfrutando a día de hoy de la ciudad.
UNA REALIDAD DE DOS CARAS
A pesar de los problemas medioambientales, sociales y habitacionales, el turismo también deja una serie de beneficios para la ciudad. Este 2025, dejará 260.500 millones de euros, el 16% del PIB a nivel nacional y el 14% del total de empleos en el país; 3,2 millones de trabajos que ofrece este sector.
Un suculento beneficio para la ciudad que parece no querer dejar escapar. Más allá del dinero y del trabajo, las personas abogan por el sentido común y buscan parar este círculo vicioso que ha provocado que Barcelona ya no sea el destino turístico atractivo de antaño.
Con todo, no se sabe si el año que viene Barcelona continuará siendo el destino atractivo para millones de turistas. Puede que la ciudad conquistada por los turistas, pierda el encanto para ellos o puede que solo consiga el efecto inverso: que crezca la fiebre turística que desde hace años parece no tener frenos.