La 'fobia invisible' al volante que atenaza a miles de conductores: "La gente se asusta del susto"

Un estudio de la Fundación Mapfre revela que uno de cada tres españoles sufre miedo a conducir, un problema con dos caras: el temor del novato y la amaxofobia

Este problema, a menudo invisible, condiciona la vida de millones de personas que, en muchos casos, no saben cómo pedir ayuda
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Miedo a conducir

Miedo a conducir

José Miguel Cruz

Barcelona - Publicado el

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El miedo a conducir es un temor mucho más extendido de lo que parece. Según un reciente estudio de la Fundación Mapfre, uno de cada tres españoles se ve afectado por esta sensación que puede llegar a ser paralizante. Sin embargo, no todos los miedos al volante son iguales. El psicólogo Anastasi Céspedes, experto en la materia, desvela que existe una diferencia fundamental entre el miedo común y la fobia, conocida como amaxofobia, un trastorno que puede bloquear incluso a los conductores más experimentados. Este problema, a menudo invisible, condiciona la vida de millones de personas que, en muchos casos, no saben cómo pedir ayuda o qué nombre ponerle a lo que les sucede.

El miedo del principiante: una cuestión de práctica

La forma más común de este temor es la que Céspedes denomina simplemente como 'miedo a conducir'. Afecta principalmente a personas que, aunque tienen el carné, no han practicado lo suficiente o se sienten inseguras. 'Legalmente, puedes hacerlo todo, pero sabes lo justito', explica el psicólogo. Esta inseguridad inicial es una reacción natural y protectora del cerebro, que advierte del peligro: 'El miedo te salva, te dice: 'no lo cojas, que no tienes ni idea''. El error, según el experto, es creer que con las horas de la autoescuela es suficiente para dominar una habilidad tan compleja como la conducción. 'Para aprender a tocar el violín o un idioma, la gente sabe que necesita mucha práctica, pero con la conducción parece que con 30 o 40 horas ya deberías tenerlo todo dominado', argumenta.

El error, según el experto, es creer que con las horas de la autoescuela es suficiente para dominar una habilidad tan compleja como la conducción.

El error, según el experto, es creer que con las horas de la autoescuela es suficiente para dominar una habilidad tan compleja como la conducción.

Este sentimiento de agobio y la falta de soltura llevan a que el proceso de aprendizaje no se automatice correctamente, generando un bloqueo. La solución para este tipo de miedo es, en gran medida, una cuestión de actitud y, sobre todo, de práctica. 'Hay que ser generoso con uno mismo', aconseja Céspedes. El experto propone afrontar la conducción como un reaprendizaje agradable, buscando situaciones sencillas, practicando de forma progresiva y sin presiones. En este sentido, los cursos de reciclaje en autoescuelas pueden ser de gran ayuda para estas personas, siempre que se enfoquen en construir confianza y no en la mera exposición al estrés.

Amaxofobia: cuando el pánico surge sin previo aviso

Mucho más complejo e invalidante es el caso de la amaxofobia, la fobia a conducir. A diferencia del miedo anterior, esta no surge por la falta de experiencia. De hecho, suele afectar a personas que saben conducir perfectamente, que han automatizado el proceso y que durante años no han tenido ningún problema al volante. 'Es una cosa muy loca', admite Céspedes, porque la persona no entiende qué le está pasando. El detonante suele ser una crisis de ansiedad inesperada mientras se conduce, normalmente en vías rápidas como autopistas o autovías. A partir de ese momento, el conductor queda atrapado en un peligroso círculo vicioso.

La gente se asusta del susto"

El psicólogo explica que el verdadero problema de la amaxofobia es el temor a que se repitan las sensaciones físicas de la ansiedad: la taquicardia, la sudoración o el mareo. 'La gente se asusta del susto', afirma de manera contundente. Este pánico a la propia reacción fisiológica es lo que alimenta y consolida la fobia. 'La gente tiene pánico a volver a sentir algo tan desagradable, y al intentar controlarlo, no puede', añade. Cualquier intento de dominar la ansiedad por la fuerza está condenado al fracaso y, paradójicamente, solo genera más descontrol. Esta lucha interna crea una barrera mental que les impide, por ejemplo, circular por una autovía mientras que pueden hacerlo sin aparente problema por ciudad o vías secundarias.

El intento de control genera el descontrol"

Cómo superar el miedo al volante

Los tratamientos para ambos problemas son radicalmente distintos. Mientras que el miedo del principiante se puede superar con práctica guiada, paciencia y una actitud positiva, la amaxofobia requiere terapia psicológica especializada. 'La autoescuela aquí no puede hacer nada, porque la persona ya sabe conducir', señala Céspedes. El objetivo terapéutico no es enseñar a manejar el coche, sino a manejar el miedo. 'Hay que educar a la persona para que aprenda a sentir el miedo, a utilizarlo y a dejarlo marchar, en lugar de intentar controlarlo', detalla el experto, quien subraya que la clave es neurológica: no se puede suprimir una emoción, pero sí aprender a gestionarla.

La terapia para la fobia puede ser sorprendentemente rápida si se aborda correctamente.

La terapia para la fobia puede ser sorprendentemente rápida si se aborda correctamente.

La terapia para la fobia puede ser sorprendentemente rápida si se aborda correctamente. 'Terapéuticamente, puede ser muy rápido si la persona no se ha forzado mucho en una lucha contra el pánico', asegura el psicólogo. En su experiencia, ha llegado a acompañar a pacientes en sus propios coches desde la primera sesión para afrontar el momento crítico de pánico. La clave es no evitar la situación, sino aprender a estar en ella con las herramientas adecuadas. El objetivo final es que la persona, que 'había sido libre y ahora no podía entrar en una autopista', recupere el control de su vida y su autonomía.

Finalmente, Céspedes concluye que, aunque el 33% de afectados que señala el estudio de la Fundación Mapfre es una cifra muy elevada, la gran mayoría de esos casos corresponden a un miedo por falta de práctica más que a una fobia clínica. 'Hay mucha gente que se saca el permiso y no lo ha cogido nunca', comenta. Por ello, identificar correctamente el problema es el primer paso. Entender que no se está solo y que existen soluciones específicas para cada caso es fundamental para poder volver a ponerse al volante con seguridad y, sobre todo, con confianza.

Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.

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