Las operaciones de Presencia, Vigilancia y Disuasión del ejército también llegan al Puerto de Motril

El Puerto de Motril acoge desde esta semana a un contingente de 187 militares desplegados para reforzar la vigilancia y protección de la línea costera. El operativo, que se enmarca en las Operaciones de Presencia, Vigilancia y Disuasión (OPVD) de las Fuerzas Armadas, permanecerá activo hasta el próximo 18 de noviembre.

El presidente de la Autoridad Portuaria, José García Fuentes, ha visitado el campamento base para seguir de cerca la estancia de los militares. García Fuentes ha asegurado que desde el puerto están listos para "si, tienen alguna necesidad, podamos ofrecerles todo el apoyo y los servicios que requieren por nuestra parte".

Si, tienen alguna necesidad, podamos ofrecerles todo el apoyo y los servicios que requieren por nuestra parte"

José García Fuentes, presidente de la Autoridad Portuaria de Motril

Un operativo de alta tecnología

La actuación está liderada por el Regimiento de Artillería de Costa nº 4 (RACTA 4), que ha desplegado la Unidad de Defensa de Costa UDACTA IV/25 bajo el mando del teniente coronel Manuel Holgado del Águila. Esta unidad, integrada en el Mando Operativo Marítimo (MOM), se encarga de monitorizar el tráfico marítimo y alertar sobre cualquier actividad sospechosa.

El dispositivo cuenta con material artillero, equipos de transmisiones, medios logísticos y sistemas avanzados de mando y control. Además, la Quinta Compañía de la Séptima Bandera de La Legión, con base en Viator (Almería), proporciona seguridad y protección al conjunto del despliegue.

Zona estratégica en el Mediterráneo

Estas misiones se desarrollan bajo la dirección de los Mandos Permanentes de las Fuerzas Armadas. El Mando Operativo Marítimo, con sede en Cartagena y dirigido por el vicealmirante Vicente Cuquerella Gamboa, es el responsable de planear y ejecutar las operaciones en los espacios marítimos de soberanía e interés nacional.

Con este despliegue, las Fuerzas Armadas refuerzan su presencia en una zona estratégica para el control de las rutas marítimas que conectan el Mediterráneo con el Atlántico a través del mar de Alborán. La coordinación con las autoridades locales y portuarias es constante para minimizar el impacto en la vida diaria de los vecinos.