Una anciana de un pueblo de Barcelona encuentra su casa okupada tras regresar de vacaciones y amenaza a los okupas con algo inusual: "Se irán"
Montserrat Riera, una anciana de 78 años, descubrió al regresar de unas vacaciones familiares que su hogar, donde ha residido por más de cinco décadas, había sido okupado por un grupo de desconocidos.

Un caso singular de reacción a una okupación
Barcelona - Publicado el
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En el apacible pueblo de Sant Martí de Tous, en la comarca del Anoia, Barcelona, un caso de okupación ha conmocionado a la comunidad y ha desencadenado un inusual enfrentamiento que ha captado la atención.
Montserrat Riera, una anciana de 78 años, descubrió al regresar de unas vacaciones familiares que su hogar, donde ha residido por más de cinco décadas, había sido okupado por un grupo de desconocidos.
UN "ARMA" BIOLÓGICA INESPERADA
La situación, ya de por sí dramática, escaló cuando Montserrat, en un acto de desesperación, lanzó un nido de avispas por una ventana de la casa, desatando el caos entre los okupas y generando una amenaza de denuncia en su contra. Sin embargo, la anciana asegura que no se arrepiente y que está dispuesta a repetir su acción “con avispas o cualquier otro insecto” si no recupera su hogar.
Volveré a lanzar avispas o cualquier otro insecto"
Víctima de okupación
Montserrat, conocida en el pueblo por su carácter afable, pero firme, había viajado a la Costa Brava en julio para disfrutar de unas vacaciones con su hijo, Jordi, y sus nietos. Era la primera vez en años que abandonaba Sant Martí de Tous, confiada en que su hogar, una vivienda unifamiliar de dos plantas, estaría seguro.
Sin embargo, al regresar, encontró la cerradura cambiada y a cinco desconocidos instalados en su casa. “Fue como una puñalada. Esta es mi casa, donde viví con mi esposo, donde crie a mis hijos. No podía quedarme de brazos cruzados”, relató Montserrat, visiblemente afectada, a los medios locales.

Nido de avispas
la ley desampara a montserrat
El caso se complica por un tecnicismo legal: la vivienda está a nombre de Jordi, quien reside en Barcelona y posee otra propiedad. Según la legislación, la okupación de una vivienda que no es la residencia habitual del propietario se considera usurpación, un delito menor, lo que impide un desalojo inmediato. “Es una injusticia. Mi madre vive allí, es su hogar, pero por estar a mi nombre, nos dicen que puede tomar meses recuperarla”, explicó Jordi, indignado.
La situación dio un giro inesperado cuando Montserrat, tras intentar sin éxito dialogar con los okupas, perdió la paciencia. Según testigos, la anciana, conocida por su huerto y su conocimiento de la naturaleza, encontró un nido de avispas en un árbol cercano y, en un acto impulsivo, lo arrojó por una ventana entreabierta de la casa.
El caos fue inmediato: los okupas salieron corriendo, gritando y agitando los brazos mientras intentaban protegerse de las picaduras. “No quería hacerles daño, pero es mi casa. Que se vayan. Si no, lo haré de nuevo, con avispas, abejas o cualquier insecto que encuentre”, advirtió Montserrat, desafiante, ante los vecinos que presenciaron la escena.
los okupas quieren denunciar
Los okupas, tras el incidente, amenazaron con denunciar a Montserrat por agresión y daños. Uno de ellos, que se identificó como “Carlos”, afirmó: “No estamos aquí para causar problemas, solo necesitamos un lugar donde vivir.
Pero lo que hizo esa señora es peligroso, y vamos a denunciarla”. Sin embargo, la anciana no parece intimidada. “Que me denuncien si quieren. Esta es mi casa, y no voy a dejar que se queden con ella”, insistió.
“Que me denuncien si quieren. Esta es mi casa, y no voy a dejar que se queden con ella”
Los Mossos d’Esquadra han confirmado que recibieron una llamada por el altercado, pero hasta el momento no se ha formalizado ninguna denuncia contra Montserrat. En cuanto a la okupación, las autoridades reiteraron que el proceso de desalojo debe seguir un trámite civil, lo que podría prolongarse debido a la saturación judicial. Mientras tanto, Montserrat se ha instalado temporalmente en casa de una amiga, ya que no puede volver a su hogar. “He perdido mi paz. No duermo pensando en mis cosas, mis recuerdos. Pero no me rendiré”, confesó.
¿lAS LEYES DEBEN CAMBIAR?
El incidente ha dividido opiniones en Sant Martí de Tous. Algunos vecinos apoyan a Montserrat y consideran que su reacción, aunque extrema, fue comprensible. “Es una señora mayor, sola, defendiendo lo suyo. ¿Qué esperaban?”, comentó un vecino.
Otros, sin embargo, creen que el uso del nido de avispas fue desproporcionado y podría complicar aún más el caso. La asociación de vecinos ha organizado una concentración frente al ayuntamiento para exigir soluciones rápidas y una reforma legal que proteja a personas como Montserrat.
“No puede ser que una anciana de 78 años se quede sin su hogar por un tecnicismo. Las leyes deben cambiar”, afirmó el presidente de la asociación.
Organizaciones contra la okupación han ofrecido asesoramiento legal a la familia, pero advierten que el proceso será largo. Mientras tanto, los okupas permanecen en la vivienda, y la tensión en el pueblo crece.
Este caso no solo ha reavivado el debate sobre la okupación en España, especialmente en zonas rurales, sino que también ha puesto de relieve la desesperación de personas como Montserrat, dispuestas a todo para recuperar lo que consideran suyo. “Solo quiero mi casa, mi vida. Si tengo que usar más avispas, lo haré”, sentenció la anciana, dejando claro que su lucha está lejos de terminar.