

El monólogo de las 6H
"El rechazo automático del Gobierno a las medidas del PP demuestra que la reacción de Moncloa a la crisis incendiaria se agota en el mero postureo"
Jorge Bustos repasa los principales titulares en su monólogo de las 6H que marcarán la actualidad de este martes 26 de agosto de 2025
- 8 MIN
Son las 6, las 5 en Canarias
Muy buenos días y bienvenido al amanecer de este martes 26 de agosto. Acaba de ganar Carlitos Alcaraz, luego lo contaremos en deportes. Enhorabuena, Carlitos. Te está dando mucha suerte ese peinado a lo Dalai Lama que has escogido. Hoy se va a notar un giro en el tiempo, sobre todo en el norte, Galicia, el Cantábrico y el Alto Ebro, que van a dejar atrás el calor de estos días y experimentarán un descenso notable de las temperaturas con un ambiente mucho más fresco. En contraste, en el sur, el este y en Mallorca seguirá el calor intenso superando los 36 grados. La máxima la tendremos en Íllora, donde se alcanzarán los... La tarde traerá tormentas en el noroeste, especialmente en el Pirineo, que podrán ser fuertes. Y en Canarias, nubes en el norte, más claros en el sur y vientos alisios que soplarán con fuerza.
No afrontamos la realidad de que todos vamos a morir. Tratamos de vivir obviando algo que es inevitable y que vamos a atravesar. No recuerdo ningún curso desde párvulos en que nos hablaran de la muerte. Me pregunto cómo la viviríamos si nos hubieran hablado de ella desde la confianza. Y desde otro punto de vista, quizás desde la fe en una vida que continúa o que es eterna. Así se expresaba la actriz Verónica Echegui el pasado mes de junio en una entrevista en la revista Fotogramas. Echegui murió el domingo pasado a la edad de 42 años, los mismos que tengo yo, y saltó a la fama con Yo soy la Juani, un papel que consiguió presentándose al casting, ya metida en el papel de Choni perfecta, con un chándal amarillo que deslumbró a su descubridor, al director Bigas Luna, y con todo el descaro de la vocación.
VERÓNICA ECHEGUI: “Y me vestí, ya me compré ropa de la Juani y nada, y nos hicimos ahí un montaje cutre chachero para decir: ‘Yo soy la Juani y lo tengo claro, soy quien buscas y la prueba’. Mi opción fue ir a venderle que yo era la Juani, que yo tenía la misma vida que la Juani”
JORGE BUSTOS: En realidad se llamaba Verónica Fernández de Echegaray y era de buena familia. El premio Nobel José Echegaray era antepasado suyo, pero para alcanzar su sueño de ser actriz no dudó en renunciar a la presunción y en abrazar la autenticidad, la misma autenticidad con la que reflexionaba en junio sobre la muerte. Descanse en paz, Verónica Echegui.
La política siempre ha tenido mucho de interpretación. La apariencia, el look, el maquillaje, el guion bien aprendido. Y ojo, no es malo que los políticos desarrollen dotes interpretativas porque para persuadir a los ciudadanos de la bondad de unas ideas es preciso encarnarlas con cierta verosimilitud, proyectar convicción, inspirar confianza. Lo malo es cuando los políticos solo son eso, actores, cuando se limitan a interpretar un papel en el que no creen cuando se apagan las cámaras del telediario. Lo malo es cuando se vuelve imposible distinguir a un presidente de un galán de telenovela turca. Sin una imagen potente, hoy es imposible ganar unas elecciones, eso lo sabemos. ¿Habría ganado por dos veces Donald Trump sin su larga experiencia en televisión? Pues evidentemente no. En la tele aprendió Trump a familiarizarse con los gustos de las masas de las grandes audiencias y a darles el espectáculo que reclamaban.
El problema es que esto de la imagen se nos ha ido de las manos y no solo a los políticos. Las redes sociales permiten que tú y que yo nos pasemos el día adornando nuestra vida para los ojos de otros usuarios que son tan desconocidos para nosotros como los votantes para los políticos, y proyectamos únicamente las partes estratégicas de nuestra rutina o de nuestras experiencias. Abusamos del filtro, del encuadre. A ver, el verano es la estación del postureo digital por antonomasia. Yo mismo este verano he puesto mi cuenta de Instagram perdida de fotos asquerosamente calculadas, demasiado exóticas quizá. Bueno, pero yo al menos no manejo dinero público. El problema viene cuando la imagen no estiliza la realidad, sino que directamente la sustituye. Cuando la imagen la fabrican asesores, no para potenciar las virtudes de su cliente o de su candidato, sino para suplirlas porque no las tiene.
Alberto Núñez Feijóo no es tan guapo como Pedro Sánchez. Con esta afirmación creo que estarán de acuerdo los dos y con ninguna otra, sospecho. Pero Feijóo asume la superioridad meramente estética de su rival y la contrarresta con sus propias armas, con esa imagen de gestor fiable que se ha labrado a lo largo de cuatro mayorías absolutas al frente de la Xunta de Galicia y antes como responsable de Sanidad y de Correos de los gobiernos de Aznar. Y por eso se ha adelantado a Sánchez con un plan de 50 medidas para mejorar la gestión de los incendios. Que Pedro se quede con las fotos en camisa color guardabosques, que Feijóo opta por ofrecer medio centenar de medidas para que el agosto de fuego de 2025 no se vuelva a repetir en 2026. Ganar con programa la batalla del relato. Este es el objetivo de Génova. Lo conseguirá o no, pero ciertamente el líder de la oposición está demostrando más reflejos que el presidente este verano. El día 13 de agosto, Feijóo ya estaba visitando los focos activos en Galicia, mientras que Sánchez no se despegó de la tumbona de La Mareta hasta el 17. Y el Gobierno, esto es más grave aún, tardó 5 días en pedir aviones a Europa y en coordinarse con las comunidades autónomas.
Pero, ¿qué importa llegar si puedes camuflar tu negligencia con ruido, si puedes aupar a una nueva estrella al firmamento de la polarización, esta Virginia Barcones, que es una activista anti-PP disfrazada de directora de Protección Civil? Un consejo de este humilde sanchólogo, doña Virginia: no se lo crea. Usted solo es un fusible más. Cuando esté completamente fundida, será reemplazada por otro fusible. Es lo que lleva haciendo Pedro 7 años. Pregunte usted en Valencia por un tal Ábalos o en Soto del Real por un tal Santos.
El plan del PP contiene medidas interesantes, otras son más vagas, ¿eh? Pero yo me quedo con estas tres:
• Primero, regular la coordinación entre administraciones por ley con objetivos mensurables y gestores independientes para que no haya caciqueos ni tampoco impunidad.
• Segundo, garantizar exenciones fiscales para las víctimas.
• Y tercero, crear un registro nacional de pirómanos para anillarlos con pulseras telemáticas si se prueba que son reincidentes y actuaron deliberadamente.
Lo digo porque ayer detuvieron a un hombre de 75 años que provocó un incendio en León porque había hecho fuego para cocinar. O sea, fue una imprudencia, porque las imprudencias siguen siendo, de largo, la modalidad más frecuente de los incendios provocados, no la piromanía de los tarados o de los especuladores o de los de su vecino. Estos son la minoría.
Pero, ¿qué ha respondido el PSOE al plan del PP? Pues rápidamente han evacuado una carta diciendo que se puede meter el plan por la autonomía correspondiente. Y dices tú: “Pero el PSOE no es el partido de este caballero andante de la camisa verde, este que sale en el telediario vendiendo un pacto de Estado contra los efectos de la emergencia climática”. ¿Y con quién piensa firmar ese pacto? Con la señora de Bildu, con la delegada de Puigdemont, con ese señor de Huesca, tan simpático, que dice que él no habla español, que él habla aragonés. Mira, el rechazo automático del Gobierno a las medidas del PP demuestra que la reacción de Moncloa a la crisis incendiaria se agota en el mero postureo. Se limita a aparentar que se hace, que se propone, pero todo es puro teatro. Teatralizar la indignación para arañar votos en Castilla y León, que va a elecciones en unos meses. Los remedios, esos no les interesan. Y si es por consenso, mucho menos.
Y si el PSOE representa el manejo de la imagen y el PP reivindica el valor del programa, Vox se aferra a su estrategia del cabreo. Elaborar propuestas viables, eso es para pardillos. Lo suyo es castigar de Punishers. Lo digo porque acaban de poner los de Abascal una denuncia por la vía penal contra la Junta de Castilla y León, gobierno que abandonaron en su día con la excusa de que no querían acoger a menores extranjeros. En realidad, es porque la responsabilidad de gobierno es la kriptonita del populista. Porque cuando el personal ve que lo que prometiste en campaña, muy cabreado, no lo puedes hacer desde las instituciones, te abandona y el negocio se resiente. Claro, la facturación electoral cae. Por eso se salieron de los gobiernos y es probable que esta denuncia tenga el recorrido que tiene la mayoría de las que ponen, que es el archivo, pero da igual, porque en realidad el objetivo no es sentar a nadie en el banquillo. El objetivo de esta denuncia de Vox es hacer un cortafuegos contra el voto útil al PP, que es el verdadero enemigo de Vox, no el sanchismo, el PP.
Así que ya ves, postureo veraniego por todas partes, también en Menorca, ojo, donde Irene Montero y sus amigas han compartido sus fotos en la playa y el personal se les ha echado encima, y yo no entiendo por qué. Oye, si Pablo Iglesias quiere ser ahora un respetado empresario de la hostelería y si Irene Montero quiere ser la nueva Ana Obregón de nuestros veranos, a mí me parece perfecto. ¡Bienvenidos al capitalismo, muchachos! El problema, claro, es la hemeroteca: que el turismo masivo no le puede costar la vida a la gente que vive, que trabaja, que ama en Mallorca, en Menorca, en Ibiza, en Formentera y que la tierra y las islas son para quienes las habitan. Pero que nadie llame turista a doña Irene, ¿eh? Ella está en Menorca haciendo la revolución. La revolución cabe ya en una toalla.