De 'esperar la muerte' en la calle a tener una nueva vida: la historia de superación de Aliu con Cáritas
El joven de Guinea-Bissau relata cómo la organización le ayudó cuando vivía sin recursos y con cataratas que le impedían trabajar

Aliu Mane, migrante y trabajador de inserción de Cáritas
Ciudad Real - Publicado el
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Se fue de Guinea-Bissau huyendo a la pobreza y dispuesto a cambiar su vida... pero la realidad que encontró no era tan brillante como había imaginado.
Aliu Mane es un joven que, como tanto otros, soñaba con España como "la tierra prometida". Su testimonio personal refleja la crudeza de la inmigración, la dificultad de encontrar trabajo "sin papeles y enfermo", y la inmensa gratitud hacia Cáritas, una organización que, según sus palabras, "limpia las lágrimas de mucha gente".
Su experiencia es un ejemplo del impacto directo que tiene la entidad en quienes se encuentran en situaciones de extrema vulnerabilidad, una ayuda que él mismo define como la de "una madre con sus hijos".
"desesperado, esperando la muerte"
La historia de superación de Aliu comienza en Tomelloso, donde llegó a vivir una situación desesperada. Un problema de cataratas en ambos ojos le impedía trabajar, dejándolo sin dinero para alquilar una vivienda.
No podía ir a ningún sitio, estaba desesperado, como una persona que está esperando la muerte"
migrante y trabajador del proyecto REiniciar de Cáritas
"En una nave, sin puertas, al aire libre" describe el joven guineano sobre el lugar en el que vivía. "Yo no podía ir a ningún sitio, estaba aquí esperando, ya casi desesperado, como una persona que está esperando la muerte", confiesa.
El punto de inflexión llegó un día que "parece que Dios envía a un ángel" en forma de voluntaria de Cáritas.
Carmen Pilar lo encontró y se interesó por su situación. Tras escuchar su historia, la respuesta fue inmediata: "Me dijo: 'vamos, te voy a ayudar, te voy a sacar de aquí'". La organización le pagó cuatro meses de alquiler para que tuviera un hogar.
A partir de ese momento, su vida comenzó a cambiar.
Cáritas no solo le proporcionó un techo, sino que le guio en el proceso para obtener la tarjeta sanitaria y, más adelante, le ayudaron a conseguir un contrato y el permiso de trabajo.
"Gracias a Dios y a Cáritas estoy hoy aquí", afirma, convencido de que sin esa ayuda "hoy la historia sería otra".
Una madre para todos
Su agradecimiento se extiende más allá de su caso personal. También ha sido testigo de cómo Cáritas ha ayudado a otras personas, como jóvenes que pasaban hambre o temporeros que llegaban sin nada y recibían ropa y comida.
Para él, la organización "es una madre con hijos distintos, porque no juzga de dónde sales, de qué continente o de qué país".
Su experiencia le ha llevado a querer ayudar a otras personas, replicando el apoyo que él mismo recibió.
Actualmente, Aliu trabaja en la empresa de inserción Reiniciar, descargando la ropa que la gente deposita en los contenedores rojos de Cáritas, para su posterior procesamiento.
la dignidad de la persona no es cosa de suerte
El testimonio de Aliu se enmarca dentro de la campaña de Navidad de Cáritas ‘Hagamos que tener una vida digna deje de ser cuestión de suerte" .
En la presentación ha estado el Obispo de Ciudad Real, Don Abilio Martínez, y la directora de Cáritas diocesana, Conchi Aranguren.
“Porque tener una vida digna, tener acceso a los derechos humanos, vivir en paz, con seguridad, con hogar, empleo, educación y salud no debería depender de la suerte" señalaba Aranguren.
La directora de Cáritas hacía referencia al IX Informe Foessa que "nos recuerda tres grandes desafíos que golpean a las personas más vulnerables: graves problemas de vivienda, inseguridad laboral y barreras que les impiden integrarse plenamente en nuestra sociedad”.
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