"Revilla se convierte en un río de gente": así se vive la noche más esperada del verano en Cantabria
La festividad del Carmen es de Interés Turístico Regional y espera reunir a más de 15.000 personas durante la noche del 15 de julio

Romeros realizando ofrendas a la Virgen del Carmen
Santander - Publicado el
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En Cantabria hay fechas que están marcadas en rojo en el calendario. Y si hablamos del mes de julio, pocos días se viven con tanta emoción como la víspera del Carmen, la patrona de los marineros. Revilla de Camargo lo sabe bien. Allí, cada 15 de julio, la localidad se transforma para acoger a miles de romeros que peregrinan hasta la ermita de la Virgen del Carmen, en una fiesta declarada de Interés Turístico Regional.
Preparativos a un año vista
Lo que se vive en Revilla no surge de un día para otro. La Comisión de Fiestas lleva meses trabajando para que todo esté listo. Víctor Hernández, uno de los miembros de la organización, explica que la planificación comienza con casi un año de antelación: “Para que te hagas una idea, ya tenemos cerrada una orquesta para el año que viene. Esto requiere mucha previsión”.
El equipo organizador lo forman unas 20 o 25 personas, pero no están solos. “Tenemos detrás a todo el pueblo que nos ayuda en lo que haga falta”, cuenta Hernández. Eso sí, reconoce que no siempre es fácil encontrar nuevas manos que se impliquen, sobre todo entre los jóvenes. “Nos cuesta encontrar gente de 18 o 20 años como cuando empezamos nosotros. Así que mientras no haya nadie detrás, tendremos que ser nosotros los que sigamos”.
Seguridad reforzada para una noche multitudinaria
Se espera que unas 15.000 personas acudan esta noche a Revilla de Camargo. Una cifra que exige un dispositivo de seguridad coordinado al milímetro. La organización ha contratado a 32 personas de seguridad privada, que trabajarán junto con Guardia Civil, Policía Local, Protección Civil y el propio Ayuntamiento. Todos ellos han mantenido reuniones previas para anticiparse a cualquier posible incidencia.

Virgen del Carmen
La madrugada es uno de los momentos clave. A las cinco de la mañana se celebra la primera misa, cuando aún conviven los últimos rezagados de la verbena con los primeros romeros devotos. “Alargamos un poco la verbena para evitar ese cruce entre lo festivo y lo religioso”, explican desde la comisión.
Durante toda la jornada se sucederán eucaristías a las siete, ocho, diez y doce del mediodía, además de por la tarde a las seis, siete y ocho. “A esa hora el ambiente cambia, es más familiar, se ven más niños y padres”, comentan.
Las peñas, alma de la fiesta
Uno de los motores principales de esta celebración son las peñas. Este año, 56 grupos se han inscrito oficialmente, con cerca de 1.600 personas involucradas. “La gran mayoría son del propio municipio de Camargo”, señala Víctor, “aunque también se acerca gente de otras zonas”.
Hay peñas pequeñas, de ocho o diez personas, y otras como la llamada ‘Fuerzas Vivas’, con más de 90 integrantes. “El año pasado nos animamos a organizarlo así, y funcionó muy bien. Este año ya hemos doblado tanto el número de peñas como el de peñistas”, explica con satisfacción. Para él, la presencia de las peñas anima al resto del público: “Van con su camiseta, su gorro, sus pegatinas... y eso genera ambiente”.
Orgullo y sentimiento compartido
La Virgen del Carmen no es solo una excusa para la fiesta, es una tradición profundamente arraigada en el pueblo. “La mayoría de los vecinos han formado parte de la Comisión de Fiestas o han colaborado alguna vez. Ayudan prestando un prao, marcando la carretera, en lo que haga falta”, relata Víctor Hernández. “La gente está orgullosa de lo que se organiza aquí en Revilla”.
El balance de lo vivido hasta ahora en esta edición es muy positivo. “El Día del Pueblo fue un éxito. Vendimos las 1.700 raciones de paella que habíamos preparado y las peñas llenaron de color y alegría cada rincón del municipio”, afirma.
Ahora, solo queda disfrutar de la noche grande con responsabilidad y sentido común, para que la fiesta del Carmen vuelva a brillar como siempre… o incluso un poco más.