Las pautas clave a seguir para evitar sustos al entrenar en la calle este verano: "Escuchar a nuestro cuerpo..."

Si haces ejercicio en verano, no vale con solo echarte crema: hay que evitar errores que pueden acabar en un golpe de calor. Esto es lo que debes tener en cuenta.

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Álex García

Santander - Publicado el

3 min lectura0:21 min escucha

Hacer deporte en verano puede ser muy beneficioso… o puede acabar mal. Todo depende de cómo lo hagas. En Cantabria, como en el resto del país, estamos entrando en días de calor cada vez más intensos y prolongados. Y aunque a todos nos gusta salir a correr por la costa, dar paseos al sol o apuntarnos a clases que nos motiven a movernos más, el ejercicio con altas temperaturas conlleva riesgos que hay que saber prevenir.

Gabriela Fernández, responsable del centro deportivo Salesport, nos deja una serie de consejos sencillos y útiles. Recomendaciones que no solo sirven para quienes llevan todo el año entrenando, sino también para aquellos que se animan a empezar durante el verano.

 Evita el calor más fuerte del día  

Uno de los errores más habituales es salir a hacer deporte justo en las horas más peligrosas. De 12 del mediodía a 5 de la tarde, el riesgo de sufrir un golpe de calor es mucho mayor. Gabriela lo tiene claro: “En esa franja no se debería hacer ejercicio al aire libre. Es preferible salir temprano por la mañana o ya por la tarde, cuando el sol baja y la temperatura también”.

Si el único hueco que tienes en el día es en plena hora punta de calor, lo mejor es buscar alternativas: hacer ejercicio en casa, ir a un gimnasio con aire acondicionado o simplemente mover la rutina a otro momento. No merece la pena arriesgarse.

 Bebe agua y elige bien la ropa  

La hidratación es clave. Hay que beber agua antes, durante y después del ejercicio, aunque no tengamos sed. Y no vale cualquier bebida: el agua sigue siendo la mejor opción. Otro punto fundamental es la ropa. Nada de tejidos gruesos ni colores oscuros. Mejor ropa clara, transpirable, de algodón o materiales que ayuden a evaporar el sudor.

Tampoco hay que olvidarse de protegerse del sol. Un buen protector solar, una gorra y gafas de sol pueden marcar la diferencia. La piel sufre con la exposición directa y, si se combina con el esfuerzo físico, el riesgo aumenta.

 Si estás empezando, ve poco a poco  

El verano invita a empezar nuevos retos. Con más tiempo libre, muchas personas deciden iniciarse en el deporte justo en esta época. Pero hay que hacerlo con cabeza. “No es lo mismo alguien que ya está acostumbrado a hacer ejercicio que alguien que empieza desde cero. Hay que adaptar la intensidad y empezar poco a poco”, explica Gabriela.

Lo ideal, si nunca has hecho deporte o llevas mucho tiempo sin hacerlo, es pedir ayuda a un profesional. Apuntarse a una clase colectiva, acudir a un centro deportivo o dejarse asesorar por un entrenador es una buena forma de empezar sin riesgos. Además, te permite crear una rutina, conocer a otras personas y aprender a hacer los ejercicios correctamente.

Cuando uno empieza sin planificación y por su cuenta, lo habitual es que la motivación se acabe rápido o, peor aún, que aparezcan lesiones. Por eso, Gabriela insiste en que lo mejor es empezar con un plan estructurado, adaptado a cada persona y con seguimiento profesional.

 Atento a los síntomas  

Hay señales que el cuerpo lanza y que nunca hay que ignorar. Si mientras haces ejercicio notas mareo, dolor de cabeza, náuseas, escalofríos o la piel excesivamente caliente, hay que parar. Buscar una zona con sombra, beber agua y descansar es la respuesta adecuada.

El deporte debe servir para mejorar nuestra salud, no para ponerla en riesgo. Y el cuerpo suele avisar antes de que la situación se complique. Escucharlo es fundamental.

Con precaución, cabeza y buena planificación, el verano también puede ser una gran oportunidad para movernos más. Pero nunca olvides que, cuando el calor aprieta, más vale prevenir que curar.

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