El cambio de vida de una vecina de Gijón que decidió adoptar un perro tras la muerte de su anterior mascota: "En dos meses"
El 23 de septiembre se celebra el Día Mundial del Perro Adoptado y el Centro de Protección Animal de la ciudad asturiana se afana en encontrar nuevos hogares para los más de 100 canes que hay en su instalación

Un perro posa ante la cámara
Asturias - Publicado el
2 min lectura
Cada 23 de septiembre, se celebra el Día Mundial del Perro Adoptado. Una cita que busca concienciar sobre la importancia de darle, a los animales, una segunda oportunidad para encontrar un hogar. En Gijón, esa labor la realiza el Centro de Protección Animal; cuya nueva dirección, que se ha estrenado hace dos semanas, ha iniciado una campaña para fomentar la adopción de perros.
De momento, está surtiendo efecto. En este periodo, se han formalizado ocho adopciones; además del traslado de dos perros con necesidades especiales a casas de acogida. Además, hay visitas programadas de personas interesadas en la adopción. Por contra, han llegado al centro dos perros sin chip. En la actualidad, tienen 102 canes buscando un hogar.
En este Día del Perro Adoptado, hemos conocido a María. Es de Gijón. Y vive sola. Sin compañía humana, porque comparte su espacio con un perro que adoptó el pasado mes de junio, dos meses después de la muerte de otra mascota que tenía, un cocker spaniel inglés.
"Es media vida"
Te puede interesar
Preguntada por lo que supone su perro para su vida, responde decidida: "Compañía, salir y vivir". Asegura que, gracias al su mascota, "no estoy metida en mi casa, encerrada y sola", y puede socializar.
"He conocido gente, y hablo con gente que tiene perros", explica María, que añade que, "para una persona que vive sola, es media vida". Porque las rutinas han cambiado: "Me obliga a madrugar; y, al mediodía, también, salgo, doy un paseo y tomo un vermú o un vino si me apetece".

Una mujer pasea a un perro
Además, al conocer a otros dueños, podría llamar la atención si falta, lo cual es otra ventaja: "Hay una señora que viene todos los días a tocarme el timbre para ver al perro porque, cuando lo escucha, sale como un cohete a la ventana; así ella sabe también que yo me encuentro bien". Por eso, la presencia de ese perro adoptado "es todo para una persona que está sola".