Una nueva técnica de ADN pone fin a un misterio de 34 años: identifican a la víctima de un crimen de 1991

Una nueva técnica de análisis genético ha permitido poner nombre al cadáver de una mujer avilesina asesinada en Asturias y sin identificar hasta ahora

Un agente de la Guardia Civil durante la investigación
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COPE Avilés

La Guardia Civil de Asturias logra identificar un cadáver 34 años después

Borja García

Oviedo - Publicado el - Actualizado

2 min lectura3:38 min escucha

La Guardia Civil de Asturias ha resuelto un homicidio cometido hace 34 años. El crimen, perpetrado en 1991, ha podido finalmente esclarecerse en 2025 gracias a una novedosa técnica de identificación por ADN, poniendo nombre y apellidos a la víctima y cerrando un caso que ha permanecido abierto más de tres décadas.

La desaparición y la confesión

La investigación arrancó formalmente en 1995, cuando una mujer denunció la desaparición de su hija, una vecina de Avilés de 24 años de edad, de la que no sabía nada desde 1991. En ese momento, la denunciante tenía a su cargo a la hija de la desaparecida, que entonces contaba con unos 10 años. La falta de pistas para adoptar una línea de investigación llevó el caso al archivo de casos de personas desaparecidas. 

Retrato robot de la mujer desaparecida que fue distribuido a los medios de comunicación en su momento

GC

Retrato robot de la mujer desaparecida que fue distribuido a los medios de comunicación en su momento

De forma paralela, ese mismo año, una discusión de pareja en Barros (Langreo) precipitó los acontecimientos. Una mujer acudió a la policía y desveló que su pareja había asesinado a una mujer cuatro años atrás, en la noche de Reyes de 1991. El hombre fue detenido y confesó el crimen.

Un cadáver sin nombre

El detenido relató que recogió a la víctima en Oviedo mientras hacía autostop. Según su testimonio, intentó robarle y, tras un forcejeo, la acuchilló. Posteriormente, ocultó el cuerpo en el maletero, condujo hasta su casa en Barros y, con la ayuda de su pareja, la enterró en cal viva.

Tras la confesión, la Guardia Civil recuperó el cadáver en octubre de 1995. Sin embargo, el avanzado estado de descomposición impidió su identificación en aquel momento. Aunque se elaboró un retrato robot con la descripción del asesino, no fue posible confirmar su correspondencia con la joven desaparecida en Avilés.

La clave estaba en el ADN

El caso experimentó un giro decisivo el año pasado, durante una revisión periódica de casos de personas desaparecidas. Los agentes localizaron a la hija de la víctima, quien había estado al cuidado de su abuela, ya fallecida y le tomaron una muestra de ADN.

Una imagen del proceso de trabajo de laboratorio realizado por la Guardia Civil
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GC

La investigación de la Guardia Civil que permitió identificar el cadáver de la mujer asesinada en 1991

Los restos del cadáver se encontraban en el departamento de biología del Instituto Nacional de Toxicología de Madrid. Los nuevos análisis de ADN realizados al cadáver y su cotejo con la muestra de la hija arrojaron un resultado positivo. De esta forma, se confirmó que la mujer asesinada en el crimen de Barros era la joven avilesina desaparecida, permitiendo los agentes, y a su hija, cerrar por fin este doloroso capítulo.

Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.

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