No solo el zumo de naranja previene los resfriados: el papel de las aceitunas en el otoño
Cuando llega el frío, las defensas también necesitan calor interno

Aceitunas en otoño
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El otoño marca un cambio de ritmo. Las temperaturas descienden, los días se acortan y el organismo se adapta a nuevas rutinas. Es también la época en la que los resfriados comienzan a aparecer y en la que, casi por costumbre, muchas personas recurren al clásico remedio: el zumo de naranja. Si bien la vitamina C es beneficiosa para el sistema inmunitario, no es la única pieza del puzzle. El cuerpo necesita una combinación equilibrada de nutrientes para mantenerse fuerte: proteínas, minerales, antioxidantes y, sobre todo, grasas saludables.
Más allá de la vitamina C: el papel de las grasas buenas
La creencia de que solo los cítricos ayudan a prevenir los resfriados está cada vez más superada. Las investigaciones actuales destacan la importancia de las grasas monoinsaturadas —presentes en el aceite de oliva y en las aceitunas— para mantener las defensas activas y reducir la inflamación. Estas grasas favorecen la absorción de vitaminas liposolubles como la A, D y E, esenciales para el sistema inmunológico. Además, ayudan a conservar la energía y la temperatura corporal durante los meses fríos, cuando el metabolismo tiende a ser más lento.
Aceitunas: pequeñas aliadas del sistema inmune
Las aceitunas, base de la dieta mediterránea, son un alimento de gran valor nutricional. Contienen ácido oleico, que contribuye al buen funcionamiento del corazón; vitamina E, que actúa como antioxidante natural; y polifenoles, que protegen las células del estrés oxidativo. Incorporarlas en la dieta diaria es sencillo y eficaz. Una ración moderada aporta grasas saludables, fibra y compuestos bioactivos que refuerzan el organismo sin necesidad de recurrir a suplementos. En un momento del año en el que el cuerpo pide más energía y abrigo, las aceitunas se convierten en un aliado discreto pero eficaz.
La Sabrosita: sabor tradicional con beneficios reales
En el panorama de productos mediterráneos, La Sabrosita destaca por mantener el sabor auténtico de las aceitunas de siempre. Sus distintas variedades —verdes, negras, rellenas o aliñadas— permiten disfrutar de un alimento natural y equilibrado sin renunciar al placer gastronómico. Consumir aceitunas de calidad, como las de La Sabrosita, no solo aporta sabor a la mesa, sino también nutrientes que ayudan a cuidar el bienestar durante el
otoño. Son una opción saludable frente a los snacks ultraprocesados, y su versatilidad permite combinarlas con platos templados, guisos, tostas o ensaladas de temporada.
Otoño y bienestar: más allá de la alimentación
El cambio de estación no solo afecta al cuerpo, también al ánimo. Con menos horas de luz y más rutinas, es habitual sentir cierto cansancio o apatía. En este contexto, una dieta equilibrada tiene un papel importante en la producción de serotonina y otros neurotransmisores que influyen en el bienestar emocional. Las grasas saludables, presentes en alimentos como las aceitunas, contribuyen a mantener el equilibrio hormonal y a favorecer una sensación de saciedad y estabilidad energética. Por eso, introducirlas en las comidas o en los aperitivos puede tener efectos positivos más allá del plano físico.
El poder de lo simple
A menudo buscamos soluciones complejas para reforzar nuestras defensas, cuando la clave está en lo sencillo y natural. La dieta mediterránea es un claro ejemplo: equilibrada, rica en frutas, verduras, legumbres, pescado y grasas saludables. En este contexto, las aceitunas ocupan un lugar privilegiado. Son un producto de origen vegetal, fácil de conservar y con un perfil nutricional que combina sabor y salud. Un pequeño gesto —añadir unas cuantas a una ensalada, un guiso o un tentempié— puede aportar grandes beneficios en el día a día.
Preparar el cuerpo para el cambio de estación
El otoño invita a cuidarse: dormir bien, mantener una rutina de ejercicio moderado y alimentarse con productos de calidad. Apostar por alimentos naturales y equilibrados es una forma de prevenir no solo los resfriados, sino también el cansancio y el estrés propios de esta época. Y aunque el zumo de naranja siga teniendo su lugar en el desayuno, conviene recordar que no está solo en la misión de reforzar las defensas. Las grasas saludables, los antioxidantes y los micronutrientes de alimentos como las aceitunas de La Sabrosita son también aliados silenciosos del bienestar otoñal.
Una invitación a redescubrir lo mediterráneo
En definitiva, preparar el cuerpo para el otoño va más allá de tomar más vitamina C. Significa reconectar con la esencia de la dieta mediterránea y con alimentos que, como las aceitunas, combinan tradición, sabor y salud. La próxima vez que pienses en cómo cuidar tus defensas, recuerda que no todo está en los cítricos. A veces, la mejor medicina está en los pequeños gestos cotidianos: una buena comida, un descanso reparador y unas aceitunas sobre la mesa.



