La diferencia entre unas familias y otras si alguno de sus miembros padece esta enfermedad: "Demasiado elevado"
El incremento de los gastos de una familia si esta enfermedad está presente puede llegar a ser muy elevado

Sevilla - Publicado el
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La celiaquía, una enfermedad autoinmune. Afecta a millones de personas en España y en todo el mundo, y va mucho más allá de una simple intolerancia alimentaria.
En Andalucía hay 30.000 celíacos diagnosticados, pero se estima que la cifra de personas que padecen esta enfermedad es mucho mayor porque a menudo se confunde con otras patologías.
Para quienes la padecen, implica un cambio radical en el estilo de vida, especialmente en el ámbito económico y social. Desde el diagnóstico, la dieta sin gluten se convierte en el pilar fundamental, pero esta adaptación conlleva una serie de desafíos.
El elevado precio de la salud: El sobrecoste de la cesta de la compra 'Sin Gluten'
Uno de los principales problemas a los que se enfrentan las personas celíacas es el desorbitado sobrecoste de los productos específicos sin gluten.
Ha crecido la concienciación sobre la celiaquía y también la oferta de alimentos sin gluten, pero esta situación también se ha traducido en precios considerablemente más altos en comparación con sus equivalentes con gluten.
Pan, pasta, galletas, bollería… la lista de básicos de la cesta de la compra que necesitan ser específicos sin gluten es larga.
Estudios recientes de asociaciones de celíacos en España revelan que este sobrecoste puede ascender a cientos de euros al mes por familia, una carga económica considerable que no todas las economías pueden asumir fácilmente porque puede suponer un sobrecoste y llegar hasta una diferencia de 1.000 euros, como explica la presidenta de la Asociación de Celiacos de Sevilla Carmen Becerra.
Y eso "si solo hay un miembro de la familia celiaco, porque a veces son varios en casa".
Carmen asegura que "estamos luchando por un abaratamiento de la cesta de la compra, porque haya ayudas para los celiacos".
"Socializamos a través de la comida, de reuniones con amigos y familia y esa situación se convierte en algunas ocasiones para los celiacos en un momento de preocupación"
Presidenta de la Asociación de Celiacos de Sevilla
Porque la Federación de Celiacos hace un informe periódico del coste de la cesta de la compra y ese informe refleja que "si para una persona normal el gasto puede ser de unos 650 euros al mes, en el caso del celiaco, puede llegar a gastarse 1.600 euros, es demasiado elevado".
Esta realidad convierte la "necesidad" de una dieta sin gluten en un lujo, dificultando el acceso a una alimentación variada y completa para muchas personas celíacas.
Y no solo eso. Hay que tener en cuenta que "socializamos a través de la comida, de reuniones con amigos y familia y esa situación se convierte en algunas ocasiones para los celiacos en un momento de preocupación, en vez de ser un momento de disfrute".
Sara, vivir sin gluten y siempre en alerta
Sara, es una adolescente de 17 años que vive en Sevilla. Fue diagnosticada con celiaquía a la edad de 8 años, tras varios meses de malestar y pruebas médicas.
"Recuerdo que al principio fue un shock", nos cuenta Sara con una madurez sorprendente. "No entendía por qué no podía comer las mismas galletas que mis amigas o la pizza de los cumpleaños."
Todo cambió para Sara que cuenta que "mi madre siempre que me invitaban a un cumpleaños tenía que llevar una fiambrera con tarta especial para mí y otros productos sin gluten para merendar".
El diagnóstico de Sara transformó por completo la rutina familiar. Su madre se convirtió en una experta en la lectura de etiquetas y en la cocina sin contaminación cruzada. "Al principio, el sobrecoste era enorme", admite la madre de Sara. "Comprar pan sin gluten, que era diminuto y carísimo, era frustrante. Hemos tenido que ajustar mucho el presupuesto familiar."
Pero más allá del aspecto económico, la vida de Sara ha estado marcada por las dificultades para socializar.

Los eventos sociales en los que hay comida pueden ser un motivo de preocupación para los celiacos que necesitan que su seguridad alimentaria esté garantizada
"En el instituto, las excursiones o las salidas a comer con los amigos son siempre un reto. Hay que investigar antes qué sitios tienen opciones sin gluten seguras o llevar mi propia comida."
La presión social y el miedo a la contaminación cruzada son constantes. "A veces la gente no entiende la seriedad de mi dieta. Creen que es una moda o que puedo 'hacer una excepción'", explica Sara, que insiste en que "cansa tener que explicar una y otra vez que no es una elección, sino una necesidad vital para mi salud."