Se llama Juan Carlos y comenzó a violar a mujeres con 29 años. Tras la celebración del juicio, este profesor de gimnasia fue condenado a 271 años y medio de prisión por veinticuatro violaciones y agresiones sexuales entre 1997 y 2002. Ahora, cuando vuelve a ser noticia porque saldrá de la prisión de Albolote (Granada), hemos querido hacer memoria de sus fechorías.

UN LOBO CON PIEL DE CORDERO

Juan Carlos trabajaba como profesor de gimnasia por la mañana y como administrativo del Málaga Club de Fútbol por la tarde. Es hijo de un taxista, un hombre que había trabajado duro para sacar adelante a su familia y dar estudios a sus tres hijos. Entre ellos Juan Carlos, un joven al que adoraban sus compañeros de colegio y sus alumnos. Era educado, amable y trabajador, pero detrás de aquella apariencia se escondía un verdadero depredador sexual.

MADRES JÓVENES

El ‘violador múltiple’ de Málaga estuvo agrediendo a mujeres durante cinco años. En una primera etapa lo hacía con la cara tapada por un pasamontaña porque temía que sus víctimas lo descubrieran. Y es que elegía a madres que acudían al colegio a dejar a sus hijos. Por su condición de profesor tenía acceso a las fichas de los niños, a su situación familiar y a la dirección de casa. Aprovechaba algunas horas libres, a media mañana, para acudir a la vivienda de la madre que ya había observado los días previos. Esperaba a que salieran por cualquier motivo y, a punta de navaja, las obligaba a entrar. Eran violadas en su propia cama.

ALUMNAS EXTRANJERAS

Durante los cinco años que estuvo actuando, Juan Carlos cambió de modus operandi y de objetivo. A partir del año 2000 ‘el violador múltiple’ de Málaga comenzó a perseguir a alumnas extranjeras (de entre 18 y 23 años) que llegaban a Málaga a estudiar castellano. Rondaba los barrios donde suelen alojarse estas estudiantes que llegan a la capital de la Costa del Sol; observaba sus costumbres y horarios; el número de compañeras de piso… Como si de un animal depredador se tratase, elegía a su víctima y cuando sabía que estaba sola en casa llamaba a la puerta haciéndose pasar por fontanero contratado por la comunidad de vecinos. Lo que ocurría dentro nos lo podemos imaginar. El ‘violador múltiple’ sabía que aquellas jóvenes se irían de Málaga en cuestión de semanas… algunas incluso de días. No temía que lo reconocieran y dejó de actuar con la cara tapada.

TODAS VÍCTIMAS RUBIAS

Todas las mujeres a las que violó durante los cinco años que ‘campó’ a su aire eran rubias. Todas con rasgos nórdicos, como su propia novia, con la que se llegó a casar mientras cometía sus fechorías sexuales. Nada hacía pensar que Juan Carlos, modélico profesor de gimnasia y administrativo del Málaga Club de Fútbol, fuera el violador que buscaba de forma incansable la Policía Nacional y al que no conseguían localizar ni detener.

DEPREDADOR CAZADO

Una treintena de agentes estaban centrados en detener al ‘violador múltiple’. Agentes se infiltraron en academias de estudiantes de español haciéndose pasar por alumnas. Observaban el entorno, hablaban con las chicas… confiaban en que aquello diera resultado y lo hizo. Les llegó el aviso de un falso fontanero que rondaba algunos pisos donde solo vivían extranjeras. ¡Bingo¡ Un agente lo identificó. Ya lo tenían. El 4 de febrero de 2002 Juan Carlos, hijo de un humilde taxista del barrio de Puerta Blanca, era detenido. En algún momento de su encierro llegó a decir que él fue víctima de un abuso sexual y desde entonces algo había cambiado en su interior.

TERCER GRADO PENITENCIARIO

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Fue condenado en Málaga a 271 años y medio de prisión por 24 violaciones y agresiones sexuales entre 1997 y 2002. Ahora está pendiente de que se le designe centro de destino desde el que cumplir el tercer grado que le ha sido concedido, lo que podría ocurrir en los próximos días. El conocido como ‘violador múltiple’ de Málaga, que continúa de momento interno en la cárcel de Albolote (Granada) tras haber cumplido 17 años de condena, disfrutará del régimen de tercer grado en un Centro de Inserción Social pendiente de designar. Ha sido el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria 5 de Andalucía, con sede en Granada, quien ha estimado el recurso interpuesto por este profesor de gimnasia contra la resolución de Instituciones Penitenciarias que el pasado mes de mayo acordó su continuidad en segundo grado.

A través de un auto, el juzgado revoca esa resolución y acuerda la progresión de Juan Carlos G.R. a tercer grado de tratamiento, en la modalidad que estime oportuna la junta de tratamiento y teniendo en cuenta las circunstancias personales, familiares y laborales del penado, con los beneficios que ello comporta.

Para tomar esta decisión, el juzgado valora la trayectoria penitenciaria del interno y entiende que "nada se opone por ahora" a la pretendida progresión a tercer grado, teniendo en cuenta que ha "extinguido sobradamente" las tres cuartas partes de su condena y su "intachable conducta" con participación en numerosas actividades de "manera destacada y con calificación de excelente".

El auto recoge que el penado cuenta con apoyo familiar, ha hecho "buen uso" de numerosos permisos de salida, carece de adicciones conocidas con significación criminológica, presenta estabilidad y madurez personal y una actitud favorable al cambio.

También añade que ha hecho de forma correcta el programa establecido para la prevención y control de la agresión sexual, en el cual ha obtenido una favorable calificación, asume plenamente su responsabilidad delictiva, y muestra arrepentimiento y empatía con la víctima. El tercer grado penitenciario supone la capacitación de los internos, por sus circunstancias personales y penitenciarias, para llevar a cabo "un régimen de vida en semilibertad".