"En 30 minutos convierten un dron doméstico en uno kamikaze"
El fotoperiodista onubense Luis de Vega narra desde Kiev cómo estos aparatos, desde drones kamikaze caseros hasta lanchas no tripuladas, han transformado el conflicto entre Ucrania y Rusia.

Luis de Vega, fotoperiodista
Huelva - Publicado el
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El fotoperiodista Luis de Vega se encuentra actualmente en Kiev, la capital de Ucrania, tras haber pasado el último año cubriendo el conflicto en Gaza. Desde allí relata cómo la guerra ha evolucionado desde la invasión a gran escala de 2022, destacando que el conflicto armado afecta a todo el territorio, con bombardeos prácticamente a diario incluso a cientos de kilómetros de las trincheras del este y el sur del país.
La revolución de los drones
Según De Vega, "la gran revolución de este conflicto son los drones". Aunque se siguen utilizando misiles, bombas guiadas y artillería, los drones han cambiado el escenario bélico. Existen desde modelos de larguísimo alcance que llegan a la capital desde territorio ruso, hasta otros más pequeños equipados con cámaras que permiten al piloto elegir el objetivo con precisión.
El fotoperiodista explica lo fácil que es transformar un aparato civil en un arma letal. "Prácticamente los mismos drones que dispone cualquier aficionado [...], en cuestión de media hora en un taller le ponen una bomba de en torno a un kilo, una batería un poco más resistente y una cámara, y con eso convierten un pequeño dron civil en un dron kamikaze de ataque que está causando miles de víctimas".
Esta nueva realidad ha forzado al país a especializarse a marchas forzadas. "Ucrania es ahora mismo, por obligación, una potencia mundial de drones", afirma De Vega. Además de los drones aéreos de vigilancia o ataque, el ejército ucraniano ha desarrollado vehículos terrestres no tripulados para evacuar heridos y las lanchas no tripuladas Magura, que han llamado la atención de las empresas armamentísticas internacionales.
Ucrania es ahora mismo, por obligación, una potencia mundial de drones"
Fotoperiodista onubense
Ingenio contra la muerte aérea
La población y el ejército han tenido que desarrollar métodos de protección improvisados. En las regiones del Donbás, Zaporiyia o Járkov es frecuente ver túneles de redes de pescar sobre las carreteras para impedir el paso de los drones. A menudo, estas estructuras "salvan vidas", ya que los aparatos más pequeños se enredan o sus pilotos desisten.
Las diferecias entre los conflictos en gaza y ucrania
Junto a estas redes, los propios vehículos, desde tanques hasta coches particulares, se cubren con redes metálicas y "pequeñas jaulas que sirven para que cuando el dron impacte no lo haga directamente en la puerta o en el cristal y de esa manera minimizar los daños". La presencia de miles de drones es constante y su amenaza no distingue entre objetivos civiles o militares, siendo la principal preocupación para los periodistas.
De Vega relata la peligrosidad de su trabajo, como durante una reciente evacuación de civiles en la que caían bombas aéreas y artillería mientras repartían pan y agua. Afirma que la presencia de drones de vigilancia y ataque "es constante" y que la situación de seguridad le impidió volver a entrar en la zona. Distinguir si un dron es amigo o enemigo es casi imposible a simple vista, por lo que suelen llevar detectores de drones que les advierten del peligro y les dan tiempo a protegerse.
Al comparar la cobertura en Ucrania con la de Gaza, De Vega señala una diferencia fundamental: el acceso. Denuncia que "el gobierno de Israel nos impide a los periodistas ser testigos de lo que ocurre en el principal escenario de la guerra, que es Gaza". Considera "ciertamente desalentador" que se prohíba la entrada a la Franja. "Lo que está haciendo el gobierno de Israel, asesinar a más de 200 periodistas y no permitir la cobertura, es algo que pasará a la historia", lamenta.
Lo que está haciendo el gobierno de Israel, asesinar a periodistas y no permitir la cobertura, es algo que pasará a la historia"
Fotoperiodista onubense




