Lucena retrocede siglos con el hallazgo de una tumba tardoantigua
El arqueólogo Daniel Botella, ha asegurado a COPE que se trata "del registro arqueológico más antiguo dentro del casco urbano"

Daniel Botella, arqueólogo municipal sobre la tumba
Córdoba - Publicado el
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Lucena vuelve a sorprender bajo tierra. Durante las obras del Programa de Fomento del Empleo Agrario (PFEA) en la plaza Juan Ruiz de Castroviejo, los arqueólogos del Ayuntamiento localizaron una tumba de época tardoantigua que contenía los restos de al menos ocho individuos, convirtiéndose en el hallazgo más antiguo documentado hasta la fecha dentro del casco urbano de la ciudad.
El descubrimiento, realizado de manera casual durante la apertura de zanjas para la renovación del saneamiento de aguas residuales, se produjo cuando la maquinaria de la obra tropezó con una de las cubiertas de piedra que protegían la tumba. Según el arqueólogo municipal, Daniel Botella, “la obra no se tuvo que parar y empezamos a documentarlo de forma controlada”, lo que permitió iniciar de inmediato un proceso de excavación de urgencia y conservación.
Es el elemento arqueológico más antiguo que, con metodología científica, se ha documentado en la ciudad"
Arqueólogo
Se trata de una estructura funeraria de planta rectangular, construida con mampostería, sillares y ladrillo, cuya tipología y características sitúan el enterramiento entre los siglos IV y VII d.C. La tumba, utilizada de manera intensiva, ofrece información clave sobre la población de la época tardo-romana y el inicio del periodo visigodo. Botella subraya que “lo que la hace especial es que es el elemento arqueológico más antiguo que, con metodología científica, se ha documentado en la ciudad”, y añade que hasta ahora se pensaba que Lucena tenía un origen judío en torno al siglo VIII, pero este hallazgo retrocede varios siglos esa línea temporal.

Tumba
Lo normal es hallar uno o dos, pero en este caso documentamos restos de al menos ocho"
Arqueólogo
Lo más sorprendente del hallazgo es la cantidad de individuos localizados. “Lo normal es hallar uno o dos, pero en este caso documentamos restos de al menos ocho”, explica el arqueólogo. Seis de ellos aparecieron en una disposición sistemática, lo que sugiere que podrían corresponder a una misma familia, ya sea por vínculos genéticos o políticos. Los dos últimos enterramientos, los más recientes, presentan particularidades sorprendentes: la mujer que fue enterrada en último lugar fue colocada justo encima del esqueleto de un varón robusto, cuya cabeza se apartó cuidadosamente por respeto, y todo se cubrió con losas de piedra unidas con mortero de cal.
INFORMACIÓN DE LA TUMBA
La tumba está orientada de este a oeste, con los cuerpos mirando al cielo y las manos semiflexionadas bajo la pelvis. Este tipo de disposición, junto con la riqueza de la construcción, evidencia un ritual funerario elaborado y un nivel socioeconómico destacado de los individuos allí enterrados. Botella asegura que “ahora los estudios de ADN, carbono 14 y paleopatología nos permitirán afinar las fechas y conocer mejor a esa familia”, ofreciendo un retrato detallado de la población tardo-romana de Lucena.

Esqueleto dentro de la tumba
La excavación y documentación del hallazgo se realizaron siguiendo una metodología rigurosa. Cada capa y elemento se registró con precisión, utilizando planos, fotografías y fotogrametría 3D, de manera que se pueda reconstruir la tumba con exactitud en el futuro. Además, se contó con la colaboración de distintos departamentos municipales, desde topógrafos hasta personal técnico, para garantizar que cada detalle quedara registrado. Botella destaca que “todo lo que se excava se destruye, por eso es fundamental documentar cada cota y cada extracto”.
Todo lo que se excava se destruye, por eso es fundamental documentar cada cota y cada extracto"
Arquéologo
Debido a la ubicación de la tumba en la intersección de zanjas de saneamiento, se acordó su desmontaje controlado y traslado al Museo Arqueológico y Etnológico de Lucena, donde será conservada y recreada. El proceso incluyó numerar y paletizar cada pieza de la tumba, así como registrar los elementos constructivos y los restos humanos, para que la intervención pueda reconstruirse y mostrarse al público. Según Botella, “antes de que se hormigonase la zona, decidimos extraerla y recuperarla para el patrimonio de Lucena”.
NUEVAS LÍNEAS DE INVESTIGACIÓN
Más allá del hallazgo en sí, la tumba abre nuevas líneas de investigación sobre el pasado de la ciudad. Botella apunta a la posible existencia de un asentamiento rural o villa tardo-romana en la zona, que podría estar en el origen del poblamiento posterior de Lucena. “Ahora, con esta tumba y una estructura de almacenamiento cercana, todo apunta a un pequeño asentamiento rústico que podría ser el origen de la ciudad moderna”, asegura. Este tipo de hallazgos permite reconsiderar la historia de la localidad, que hasta ahora se centraba en la etapa judía.
El descubrimiento también refuerza la importancia de la arqueología urbana y de la protección del patrimonio histórico durante las obras públicas. La intervención en la plaza Juan Ruiz de Castroviejo demuestra que es posible combinar desarrollo urbano y conservación histórica, ofreciendo a los ciudadanos la oportunidad de conocer mejor sus orígenes. Botella concluye que “permite retroceder varios siglos en la historia conocida de Lucena. Es una oportunidad única para comprender cómo evolucionó el territorio antes del auge judío”.
Con este hallazgo, Lucena añade una nueva página a su historia y evidencia que bajo sus calles aún quedan secretos por descubrir. La tumba tardoantigua y los restos humanos que contiene ofrecerán, en los próximos meses y años, valiosa información científica y cultural, convirtiéndose en un testimonio único del pasado remoto de la ciudad.



