Iznájar revive la Pasión con máscaras y una Semana Santa única en Andalucía
Entre ellos destacan los sayones, custodios del Cristo durante todas las procesiones

Semana Santa en Iznájar
Córdoba - Publicado el
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Con la llegada de la Semana Santa, el municipio cordobés de Iznájar se transforma por completo en un escenario vivo de la Pasión y Muerte de Jesús. A diferencia de otras celebraciones, aquí los pasos procesionales no desfilan en silencio ni en sobriedad absoluta: lo hacen acompañados de teatralizaciones callejeras, máscaras grotescas, personajes bíblicos encarnados por los propios vecinos y una mezcla de fervor, dramatismo y folclore que resulta única en toda Andalucía.
Uno de los elementos más característicos de esta Semana Grande iznajeña es la presencia de figuras ataviadas con rostrillos —máscaras de aspecto deliberadamente grotesco— y vestimentas del siglo XVII. Entre ellos destacan los sayones, custodios del Cristo durante todas las procesiones, que portan altos sombreros cubiertos de flores de papel, conocidos como morriones, añadiendo un toque de color y vistosidad que contrasta con el recogimiento propio de estas fechas.

Semana Santa en Iznájar
La Procesión del Calvario, el Viernes Santo, es uno de los momentos más visuales y esperados. En ella participa “La Judea”, una representación del pueblo judío liderada por Poncio Pilato y su esposa Claudia Prócula, seguidos de escribas conocidos como “Moñitos” y sus criados. Les acompañan los “judíos rasos” y “jugadores”, ataviados con blusas moradas, capas de distintos colores según su rango, fajines amarillos, sandalias rojas y los ya mencionados rostrillos. En pleno desfile, dos de ellos llegan incluso a apostar la túnica de Jesús a los dados, mientras los soldados romanos persiguen al Cirineo y los “maladrones” —los ladrones crucificados con Jesús— siembran el caos en las calles, escapando en un juego de persecuciones que hace correr a más de un niño entre la multitud.
Sin embargo, con la llegada de la noche el tono cambia radicalmente. El bullicio deja paso al recogimiento en la solemne Procesión del Santo Entierro. En ella, los judíos, antes protagonistas del jolgorio, se culpan con pesar de la muerte de Jesús. Pilato, desde su papel, exclama: “Yo me lavo las manos y allá vosotros”. Es entonces cuando la Hermandad de los Apóstoles entra en escena, formada por hermanos que caminan con túnicas, rostrillos, rosarios y textos con fragmentos del credo católico. Cada uno de ellos porta una auténtica calavera humana, custodiada durante todo el año en una casa-cueva que sirve de sede a la cofradía. Estas doce calaveras fueron halladas tras el derrumbe de la antigua cripta parroquial en 2007 y, desde entonces, forman parte de este desfile tan impactante como simbólico.
Otro de los pilares fundamentales es “El Paso”, una representación teatral viviente que adapta los antiguos sermones pasionistas en clave escénica. Esta obra, considerada la más antigua de la provincia de Córdoba, reúne cada año a más de cuatrocientas personas en el salón de usos múltiples del pueblo. Dividida en quince escenas, comienza con la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén y culmina con su crucifixión, descendimiento y entierro. Todo el montaje, desde el vestuario hasta la iluminación, es obra de la Asociación Cultural “Hisn-Paso Ashar” y de los más de doscientos vecinos que se implican en su realización.
La Semana Santa de Iznájar no solo es devoción; es también cultura popular, resistencia histórica y memoria colectiva. A pesar de que durante siglos sus formas fueron cuestionadas por sectores eclesiásticos, el pueblo ha sabido mantener vivas estas tradiciones, convirtiéndolas en una experiencia pasionista que no deja indiferente a nadie y que está en camino de ser reconocida como Bien de Interés Cultural. Un espectáculo donde lo grotesco y lo solemne se entrelazan para contar, como nunca antes, la historia de la Pasión.