Un triunfo balsámico y para afianzar la enorme temporada que Álvaro Cervera y sus jugadores están haciendo en Primera División. Los 23 puntos que atesora el conjunto gaditano no son para menos, un recién ascendido con una plantilla casi en su totalidad de Segunda División hacen que la escuadra amarilla sea una de las revelaciones de La Liga.

Hay motivos para creer que el equipo puede conseguir la salvación, sin embargo, Álvaro Cervera y su sinceridad hacen que el resto debamos poner los pies en el suelo. La segunda vuelta va a ser dura y este equipo sigue necesitando refuerzos. ¿Por qué? Hasta la expulsión el Cádiz no fue superior al Alavés. Hasta entonces la igualdad siempre era la nota predominante pero sin obviar que el cuadro de Vitoria podía tener un punto más que el resto de equipos tienen excepto el Cádiz. Por ahí van las preocupaciones de Cervera.

No obstante, queda claro que con Choco Lozano y Negredo en el campo la eficacia y letalidad del Cádiz sube muchos enteros. Con los dos delanteros amarillos sobre el césped la victoria siempre va a estar más cerca pues el abismo que les separa de sus sustitutos es sencillamente enorme.

1. Sin bandas

No es habitual que el Cádiz juegue sin extremos puros y veloces en los costados. Es tan poco habitual que hasta Cervera tiene que explicarlo tras el partido. "Los extremos en Primera no tienen tanto protagonismo", explicaba el entrenador tras el encuentro. Perea y Álex ocupaban las bandas con Jonsson y Fali en el centro. Los cuatro hicieron un gran partido, sobre todo un Fali que se sigue reafirmando como un excelente jugador en esa posición.

El partido arrancaba con el VAR como gran protagonista. Por fin la tecnología era favorable para un equipo amarillo que buscaba la portería nada más comenzar el partido. Negredo rozaba el gol y Álex lo encontraba poco minutos después.

La alegría duraba poco con el absurdo penalti cometido por Fali que ponía las bandas y también la tranquilidad en el partido. Con el empate los dos equipos intentaron no cometer errores. Álex bajaba al medio para coger pelotas al igual que un Alberto Perea más pegado a su banda con la idea de encontrarse con los dos delanteros.

2. La expulsión, clave

El partido había llegado al descanso con igualdad en el marcador y en el juego. Sin embargo, en el fútbol todo influye por errores, aciertos y también por buscar precisamente lo primero. Es lo que encontró con acierto el Choco Lozano. El ariete, gran partido el suyo, forzó las dos amarillas de Tachi, jugador del Alavés. Las dos acciones muy parecidas y el caso es que así también se ganan partidos.

El Cádiz no tardó en aprovechar la superioridad numérica con una de sus acciones favoritas. Controla Perea, le dobla Espino y el maravilloso centro del uruguayo lo remata aún mejor Lozano. Gol de escuadra y cartabón de un Cádiz que encarrilaba el partido.

Pero como para ganar también hace falta algo de suerte, Conan puso algo y el palo el resto para que el Alavés no encontrase el empate. En toda esa incertidumbre del cuadro de Vitoria, los amarillos mataban el choque con el tanto de Negredo.

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La calidad del vallecano se hacía notar con un disparo perfecto gracias a otra buena asistencia de Lozano. Con estos dos jugadores en el campo todo es más fácil. Tienen calidad, se entienden bien pero sobre todo tienen gol, y con ello la recompensa siempre va a estar más cerca.

3. Cervera no mueve el banquillo hasta el final

Fue curioso como Cervera no movió el banquillo hasta prácticamente los minutos finales. El equipo estaba bien, no sufría, tenía ocasiones incluso para aumentar la ventaja y mostraba su enorme solidez en una segunda parte de claro sabor local.

Hasta el minuto 80 el entrenador cadista no movía el banquillo. Álvaro Giménez y Garrido suplían a unos cansados Lozano y Fali. Con el partido ya sentenciado, Malbasic entraba por Negredo y Bobby por Álex. No osbtante, los dos equipos ya sabían que los tres puntos se iban a quedar en Cádiz con una victoria que es un bálsamo importante.

Los gaditanos firman 23 puntos que le hacen afrontar con solvencia los próximos partidos. Una demostración de fe y creer en lo que este equipo está haciendo y tiene por delante.

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