También a Héctor de Armas

La Audiencia de Las Palmas juzga al presidente de la UD Las Palmas por fraude de 36 millones

Miguel Ángel Ramírez es acusado de fraude a la Seguridad Social y Hacienda. La Fiscalía de Asuntos Económicos pide que se le condene a 21 años y medio de cárcel y 105 millones.

Miguel Ángel Ramírez.

Agencia EFE

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La Audiencia de Las Palmas juzgará a partir del 4 de julio al empresario Miguel Ángel Ramírez, presidente de la la Unión Deportiva Las Palmas, por el fraude de 36,66 millones que presuntamente generó a la Seguridad Social y Hacienda entre 2012 y 2017, por el que la Fiscalía de Asuntos Económicos pide que sea condenado a 21 años y medio de cárcel y 105 millones de multa.

La acusación pública pide, a su vez, 14 años de cárcel y 79,32 millones de multa para Héctor de Armas, la persona que sustituyó a Ramírez como administrador único de la empresa Seguridad Integral Canaria en 2011, en un movimiento que la fiscal del caso cree una simulación, porque, desde su punto de vista, el primero siguió "siguió tomando todas las decisiones" como propietario del 91 % de la compañía.

Durante casi tres semanas, la sección primera de la Audiencia Provincial examinará uno de los casos más mediáticos de los últimos años en Canarias, no solo porque afecta al propietario de un club de Primera División (Ramírez preside la UD Las Palmas, de la que es accionista mayoritario) y a una firma que durante años ganó concesiones en administraciones de media España por sus precios imbatibles (el "rey de la seguridad low cost", se le llamó al empresario grancanario), sino por sus derivadas político/judiciales.

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En el juicio que comienza la semana próxima, la Fiscalía, la Seguridad Social, Hacienda y el sindicato USO tratarán de demostrar que Ramírez y De Armas recurrieron de forma sistemática a una serie de "ficciones" en el pago de las nóminas a sus empleados que se articularon con excusa de superar la crisis económica de 2008.

Las cuatro acusaciones del caso sostienen que, en realidad, esas maniobras de Seguridad Integral Canaria buscaban eludir pagos a Hacienda y la Seguridad Social y multiplicar sus beneficios, aunque ello fuera a costa de "perpetuar la situación de precariedad de la mayor parte de sus trabajadores".

El Ministerio Fiscal imputa a Ramírez cinco delitos contra la Hacienda Pública y tres contra la Seguridad Social, mientras que a De Armas le reprocha tres delitos contra la Hacienda Pública y dos contra la Seguridad Social.

La Fiscalía examina en su calificación las operaciones que Seguridad Integral Canaria llevó a cabo a partir de 2011 para reducir su masa salarial (el grueso de los gastos en su negocio), que le permitieron adjudicarse numerosos concursos públicos de vigilancia en toda España, a los que acudía con unos costes muy inferiores a los de su competencia, que sí pagaba el convenio sectorial.

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