Tanto Rachel como su marido y sus dos hijos no daban crédito las últimas semanas cuando descubrieron que el gato familiar, al que creían fallecido y al que habían llegado a incinerar tras su muerte, apareció maullando en la puerta del domicilio. El pequeño de la familia, Remy, no podía dar crédito a lo que estaban viendo sus ojos, llegando a preguntarle a su madre si lo que estaba ocurriendo “era real”. Pero, ¿cómo pudo revivir Frankie?

Lo contaba Rachel Fitzsimons, una madre de familia de la región de Cheshire (Reino Unido) al digital Manchester Evening News. Con dos hijos, Thea de 10 años y Remy, de 7, el pequeño fue el primero en percatarse el pasado 16 de mayo que su amigo felino no había vuelto a casa. “Remy normalmente dormía con Frankie en su cama cada noche, así que se volvió loco cuando desapareció. Lloró y lloró”. De hecho, la madre relata un momento especialmente duro cuando descubrieron la muerte del animal:

“Cuando recogimos las cenizas Remy las puso dentro de su cama. Todos estuvimos llorando los días posteriores”.

La muerte del gato familiar

La familia llevaba varios días buscando al gato cuando hicieron un descubrimiento casi por azar. “Pasamos con el coche algunas veces por una carretera, obviamente rápido, pero vimos un gato que se parecía a Frankie. Mi marido se las apañó para hacer una foto, pero el animal estaba seriamente herido y era difícil identificarle”.

En ese momento los Fitzsimmons optaron por llamar a las autoridades para avisarles: “nos ayudaron mucho y fueron varias veces a buscar el cuerpo”. “Les di una descripción de Frankie: un atigrado regordete con la barriga blanca, y todo ello coincidía con el gato muerto”. Eso sí, los agentes no pudieron revisar el chip del cuerpo porque la mascota había sido decapitada. “Nosotros vivimos cerca de una autopista, por lo que parecía nuestro gato”. Además, la familia ni siquiera accedió a identificar al animal, porque para ellos era demasiado triste, por lo que pidieron incinerarlo directamente.

El gato de los Fitzsimmons vuelve a casa

Pero varios días después se obró el milagro. Cuando la familia estaba tranquilamente sentada en el salón, el marido de Rachel, John, escuchó algo que no esperaba: “Mi esposo escuchó un maullido fuera de la casa y yo le oí a el gritar. Todos salimos corriendo y allí estaba Franki”. Remy, el pequeño de 7 años que más cerca se sentía al animal, le preguntó a sus padres: “¿Es real?” “Fue un momento increíble”, comenta Rachel.

Y es que la mascota estaba bastante delgado tras varias semanas fuera de casa, pero los veterinarios determinaron que se encontraba bien de salud. “Está claro que Frankie tiene 9 vidas”, bromeaba la madre en el diario británico.