De las tareas domésticas una de las más trabajosas es la plancha. No es necesario fijarse mucho para saber quien es “experto” en la materia o no. En verano se añade el agravante del calor, lo que convierte esta tarea en algo francamente tortuoso. Si además se trata de una familia con hijos...

El sueño de muchos es buscar una alternativa que nos ahorre el tiempo que destinamos a planchar la ropa. Lo cierto es que ya es posible, aunque hay que conocer los trucos y llevarlos a cabo de una manera eficiente. A continuación, vamos a intentar seguir paso a paso la manera en la que podemos dejar la ropa igual que antes de introducirlo en la lavadora. Coge papel y lápiz y apunta, que te va a interesar y mucho.

Observar los tejidos de las prendas

Para empezar, hay que remarcar que no todos los tejidos son iguales, por lo que algunos serán más propicios para evitar pasar por la plancha. Por ejemplo, los que tienen un 25% de fibra sintética, como la lycra o el poliéster, apenas se arrugan, por lo que son idóneos para no tener que plancharlos. Por otro lado, la seda y el algodón (excepto el fino) tampoco son necesarios.

El uso de la lavadora, clave para evitar las arrugas

La manera de hacer uso a la hora de poner la lavadora es un factor a tener en cuenta si queremos “hacer la trampa” y evitar horas y horas entre las prendas de vestir. Para ello están algunos trucos como no ocupar el 100% del espacio, ya que con ello no solo la ropa sale más arrugada, sino que también se resiente el correcto lavado y aclarado de las piezas de ropa.

Ahora en verano no es necesario un centrifugado a gran velocidad, puesto que la ropa se seca enseguida tendiéndola al sol o incluso en un tendedero del interior de la vivienda. A mayor velocidad de centrifugado más posibilidades existen de que la ropa se deteriore y quede más arrugada.

En cuanto al suavizante, es conveniente su uso aunque sin abusar, ya que además de dejar un buen olor en los tejidos, consigue que se quede más lisa.

La ropa se debe tender bien estirada

Una vez la ropa está lavada en nuestro electrodoméstico, llega el momento clave que determinará si tendrás que recurrir al planchado o podrás liberarte de tan tediosa tarea. ¿Cómo hacerlo? Lo mejor de todo es que depende de ti.

Para empezar, una vez que finalice la lavadora, es importante extraer la ropa cuanto antes para ponerla a sacar en el tendedero al sol. Ojo con el tiempo en el que se airee, porque ahora en verano, con las elevadas temperaturas, puede quedar acartonada. Por ello, la mejor opción es que el sol no dé directamente sobre las prendas.

Es muy importante que la ropa quede bien estirada a la hora de tenderla para que esté más lisa. A poder ser, es conveniente emplear una percha para las camisas y camisetas.

Una vez la ropa esté completamente seca, las recogemos del tendedero, la alisamos sobre una superficie plana, como una mesa, para luego doblarla con delicadeza y comprobando que no tenga arrugas.