En verano los mercados se llenan de color con gran varidad de frutas que rompen con la monotonía de las de invierno. Sandías, melones, nectarinas, paraguayos, ciruelas... pero si hay una fruta que resiste el 'cambio de armario' es el plátano, no solo por su potente y dulce sabor, también por tratarse de una importante fuente de energía. en especial para personas mayores y niños. De hecho, es uno de los alimentos más consumidos del mundo, después del trigo, el arroz o el maíz.

Si por algo es valorado el plátano es por su importante aporte en potasio, que favorece la recuperación muscular y los impulsos nerviosos por lo que es habitual que los deportistas consuman alguno antes, durante o después de un entrenamiento o competición. También su contenido en triptófano puede ayudarnos a mejorar nuestro estado de ánimo y a relajarnos.

No hay que hacer de menos su aporte en magnesio o fósforo, ácido fólico, vitamina C y vitamina B6 o la fibra que favorece el tránsito intestinal. Eso sí, debemos de tener en cuenta que a más maduro esté, menos contenido de fibra tendrá.

La única restricción para su consumo, según los expertos, sería para aquellas personas que sufren insuficiencia renal, ya que por este motivo requieren deuna dieta baja en potasio.

Además, se cuenta que entre sus propiedades, la parte interna de la cáscara ayuda a aliviar el picor provocado por las picaduras de mosquitos, los arañazos o las quemaduras leves. También se asegura que mejora el acné o la psoriasis.

También, frotar con la parte interior de la cáscara del plátano, ayuda a limpiar y sacar brillo a los metales.

A la hora de almacenarlos debemos de tener en cuenta que los plátanos segregan gas etileno, que favorece el proceso de maduración del las frutas y verduras que puedan estar a su alrededor. Por eso resulta perfecto si queremos acelerar el madurado de un aguacate.

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EL PLÁTANO ¿ENGORDA?

El consumo de plátano en el marco de una dieta de adelgazamiento siempre ha estado cuestionado por creer que es una fruta que engorda, algo que muchos nutricionistas consideran totalmente falso.

Cierto es, que un plátano maduro contiene más azúcar que uno verde, pero esto no quiere decir que nos ponga kilos de más. De hecho se suele incluir en dietas de adelgazamiento, por su gran poder saciante. No hay que olvidar que como todo, lo que engorda son los excesos, los alimentos procesados o el sedentarismo, raramente la fruta.

CÓMO PELARLO

Muchas veces somos don 'erre que erre' y no hay quien nos saque de nuestras constumbres. Hacemos las cosas de manera autómatica sin darnos cuenta de que quizás exista una manera más sencilla y práctica de llevarlas a cabo.

Y nos pasa cuando pelamos un plátano. Por sistema lo cogemos del tallo -la parte por la que está unido a la piña de plátanos- y tiramos de él. Si el plátano no está muy maduro tenemos casi asegurado que se rompa de forma más limpia, pero si está maduro nos costará un poco más extraer el fruto sin dañarlo.

¿Cómo hacerlo entonces? Basta con fijarnos es los monos, verdaderos maestros en esta labor. Los primates los pelan justo por la parte contraria, la otra punta que es plana. Solo hay que pellizcar con suavidad esta parte y comprobaremos como el plátano sale intacto y sin apenas esfuerzo. Si cuesta un poco que se abra podemos usar la uña. Después solo hay que pelarlo en dirección al otro extremo. Y ¡voilá!